martes, 1 de marzo de 2016

Historia del vino

Recorrer la historia del vino a través del tiempo, es una interesante travesía por diferentes países y culturas. El vino forma parte de las tradiciones y es mucho más que una bebida, ha acompañado a la humanidad en rituales, celebraciones y en la vida cotidiana. En este artículo recorremos su evolución por el Antiguo Egipto, la Antigua Grecia y el Imperio Romano.

El cultivo de la uva se remonta a la Edad de Bronce, en lugares como el Antiguo Egipto y Sumeria. Estamos aproximadamente en el 3000 a.C.

La vid tiene la ventaja de ser capaz de desarrollarse en terrenos donde otras frutas se negarían a crecer, adaptándose a distintas tierras y condiciones climáticas. Esta cualidad fue sin duda uno de los motivos de su florecimiento por toda Europa.

Cómo nace el vino


20.000 años a.C. ya existía la uva en Europa Occidental, aunque los  inicios de la producción del vino se sitúan en la zona que abarca Turquía, Irán y Armenia.

Es en el período Neolítico cuando aparece la agricultura, en etapas anteriores el ser humano había subsistido con la pesca y la caza, ya que sus costumbres eran nómadas. Al hacerse más sedentario, le es posible cultivar y utilizar los alimentos que proporciona la tierra, junto con la carne y el pescado.

Historia del vino

Para la uva es necesario el sedentarismo, ya que una viña puede precisar hasta un lustro para ser productiva. La perseverancia es imprescindible para este tipo de cultivo, porque en los primeros tres años no se obtienen frutos. Ese tiempo lo utiliza la planta para crecer y formar unas ramas suficientemente consistentes  para soportar el peso de la fruta que producirá en el futuro.

En la Edad de Bronce (3000-1500 a.C.) el vino se va extendiendo hasta llegar a la India y a China, propiciando beneficios comerciales. Es muy posible que la famosa Ruta de la Seda fuese testigo de la expansión de la viticultura.

El vino en el Antiguo Egipto


Los egipcios pensaban que el vino era obra del dios Osiris, que tras desposarse con su hermana Isis, instruyó a los humanos en la habilidad de la agricultura y convirtió Egipto en una tierra fértil, exuberante y rica. Lo consumían preferentemente las clases altas, aunque también se utilizaba para limpiar los cuerpos al embalsamarlos y como obsequio a los dioses. El pueblo llano debía conformarse con probar este licor en las festividades.

Vino en el Antiguo Egipto

Era tan importante esta bebida para los egipcios que se contaba entre las provisiones que se incluían en las pirámides y mastabas (tumbas), para acompañar al más allá a los faraones y demás nobles de la época. Se han hallado ánforas de vino en los enterramientos de Tutankamon, Semerjet y Horus Escorpión II.


El vino en la Antigua Grecia


El vino se consume en Grecia desde el año 700 a.C. Era tan importante que tenía hasta una deidad propia, el dios Dioniso.

Los vinos griegos eran muy espesos y la costumbre era mezclarlos con agua, excepto cuando se iban a utilizar en ceremonias religiosas. Para el consumo diario tan solo tenían acceso a él las clases altas de la sociedad.

El vino en la Antigua Grecia

De los egipcios aprendieron a conservar el valioso líquido en ánforas, que cerraban con resina de pino. El vino que utilizaban diariamente lo depositaban en una especie de botellas fabricadas con piel de cabra.

El vino en el Imperio Romano


El vino llega al Imperio Romano en el año 200 a.C. El científico, militar, escritor y naturalista Plinio el Viejo cita esta bebida en su obra “Historia Natural”desgraciadamente la única que se ha preservado hasta nuestros días y que es un compendio que aglutina conocimientos de zoología, medicina, etnografía, botánica y mineralogía. El tomo catorce de esta obra lo dedica al vino, donde explica sus particularidades y las distintas clases que existían.

Los romanos, al igual que los egipcios y los griegos, también guardaban el vino en ánforas, aunque ya comenzaron a utilizar barricas de madera, precursoras del tonel actual. El primer tonel que se utilizó para el vino es del año 51 a.C. y lo cita Julio Cesar en su obra “Comentarios de la Guerra de las Galias”.

Barrica de vino

En Roma el vino blanco era el más apreciado, por lo que los vinos tintos se aclaraban con polvo de mármol, gelatina, cola de pez o clara de huevo. Las ánforas se guardaban en las partes altas de la casa, en ocasiones cerca de las chimeneas para propiciar un aroma ahumado que era muy requerido. Al igual que en los casos anteriormente citados, el vino romano también se mezclaba con agua para rebajar su consistencia.

En la Antigua Roma se niega a las mujeres el derecho a beber vino. Los hombres para asegurarse de que no consumían el preciado líquido, crearon el hábito de darles un beso en los labios cada vez que llegaban a casa. Si sospechaban que su mujer había bebido vino, tenían derecho a darle una paliza o a repudiarla.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados



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