miércoles, 2 de marzo de 2016

Leonardo da Vinci: el genio del Renacimiento

Leonardo da Vinci fue un adelantado a su tiempo, una mente prodigiosa que proporcionó parte de su luz al Renacimiento. Amante de la cocina, la naturaleza y los animales, con talento e inquietudes muy distintas, este genio italiano poseía una personalidad y una inteligencia fuera de lo común.

Los escritores y filósofos eran los más considerados y apreciados en el Renacimiento, pero Leonardo cambia eso y su talento y genialidad hacen posible que los pintores y otros artistas pasen a formar parte también de una élite reconocida por el pueblo y los gobernantes. Fue uno de los primeros pintores que firmó sus obras, pues anteriormente todas se presentaban como anónimas.



Los principios de Leonardo da Vinci


Leonardo nace el 15 de abril de 1452, en una región italiana conocida como La Toscana. Exactamente en Vinci, una localidad cercana a Florencia.

Es hijo ilegitimo de Piero da Vinci, un notario con una posición económica desahogada. Su madre es una mujer de origen humilde llamada Catherina, a la que el clan da Vinci no está dispuesto a dejar entrar en su entorno. Leonardo crece con la familia paterna y, como es natural, echa de menos a su madre.

Hombre de Vitruvio

A pesar de no ser reconocido por su padre legalmente, el pequeño es acogido con afecto en el entorno familiar, sobre todo por su abuelo Antonio y su tío Francesco, que tienen especial debilidad por el niño.

Leonardo se forma en un ambiente culto y recibe una buena educación, diferenciándose de otros muchachos de su entorno.

A los 17 años se marcha con su padre a Florencia, donde comienza a sobresalir por sus extraordinarios dibujos. Gracias a ello, convence a su progenitor para que le ponga en contacto con el escultor y pintor Andrea Verrocchio, uno de los artistas más reconocidos de la época.


Viviendo para el arte


En el taller de Verrocchio, Leonardo se empapa de conocimientos cada día. Todo lo que se respira es arte: los alumnos que van y vienen, los admiradores del maestro, los lienzos, las esculturas.

Pero el artista toma con reservas el talento de su nuevo aprendiz y al principio le ordena realizar diversas labores que nada tienen que ver con los deseos del inquieto Leonardo: limpiar pinceles, ordenar el estudio, hacer recados.

Cuando Verrocchio se convence del enorme talento de su alumno, comienza a instruirle en multitud de conocimientos, pues él es un hombre polifacético y Leonardo tiene la ocasión de formarse en disciplinas tan dispares como metalurgia, mecánica, química, matemáticas, música, gastronomía y carpintería. Al mismo tiempo que aprende también pintura, dibujo y escultura.

Anunciación - Leonardo da Vinci
Anunciación

La confianza del maestro va aumentando, hasta el punto de dejar a Leonardo finalizar algunos de sus trabajos.

El joven pintor es un muchacho atractivo, y se dice que sirvió de modelo a Verrocchio para su David de bronce.

Leonardo ya ha estado siete años en el taller de Verrocchio. Siete años aprendiendo y empapándose de conocimientos y de arte, y piensa que es hora de volar por sí solo y abrir su propio estudio. Pero no pierde el contacto con su maestro y sigue cooperando con él, entre otras cosas, porque le tiene un profundo afecto.

Es en el año 1478 cuando realmente empieza a destacar su trabajo y llegan los encargos, tanto de las clases altas italianas como de la iglesia. La Adoración de los Magos se considera su primera pintura reconocida, aunque nunca la terminó.



Rumbo a Milán


Ha llegado a la treintena cuando parte hacia Milán, y allí permanece 17 largos años al amparo de la familia Sforza, con el duque de Milán a la cabeza, el conocido como Ludovico el moro.

Leonardo había remitido una nota a los Sforza, donde se presentaba como un hombre con talento para distintas tareas. Entre ellas se encontraban la escultura, la pintura, y la ingeniería hidráulica y militar.

El moro se deja convencer y trabajo no le falta a Leonardo desde ese momento,  ya que le encarga organizar fiestas y  escribir librillos de humor para entretener a los invitados. Hay que decir, que el artista italiano está encantado, y sus invitados disfrutan y admiran su imaginación y capacidad para crear.

La Última Cena
La Última Cena

Pero Leonardo no olvida su amada pintura y surgen algunas de sus obras más conocidas: Dama con Armiño la Virgen de las Rocas. Mención aparte merece una de las más importantes obras del Renacimiento, la Última Cena, que es creada por orden de Ludovico Sforza para el convento de Santa María delle Grazie.

También sigue escribiendo y dibujando en sus cuadernos, repletos de notas sobre geometría, anatomía, matemáticas y botánica.



Investigando el cuerpo humano


Leonardo está fascinado por el funcionamiento del cuerpo humano y obtiene autorización para diseccionar a más de una treintena de cadáveres, tarea que solo se permitía a los médicos.

Estudio del embrión humano
Estudio del embrión humano

El hospital le facilita cuerpos que nadie reclama, y también se nutre para sus investigaciones de los cadáveres de reos ajusticiados. De esta manera, los cuadernos del pintor se llenan de dibujos y explicaciones sobre el funcionamiento del organismo humano.



Los inventos de un genio


Leonardo da Vinci tiene una mente inquieta que no se detiene nunca, siempre imaginando y buscando ideas nuevas.

La época de Milán es para él la más fructífera, la más rica en creaciones. Actualmente se conservan más de 200 de sus manuscritos, entre los que hay unas 7000 páginas redactadas al revés, se dice que por el temor que tenía a que leyeran sus notas. Entre sus dibujos más famosos se encuentra el conocido como “Hombre de Vitruvio”.

Códice sobre el vuelo de las aves
Códice sobre el vuelo de las aves, redactado con escritura especular

Sus espectaculares diseños abarcan submarinos, trajes de buzo, una especie de helicópteros, autómatas, el doble casco para barcos, máquinas textiles, una máquina para pulir espejos y ciudades del futuro.



Su marcha de Milán


Tiene 47 años cuando la guerra le obliga a irse de Milán y procurarse el favor de nuevos benefactores, ya que ha adquirido una buena reputación, pero posee pocos ahorros.

Dibujo

Su destino primero es Venecia, para regresar de nuevo a Florencia en 1502. Allí coincide con César Borgia, hijo del Papa Alejandro VI, y la amistad entre ellos surge de inmediato. Leonardo está un tiempo a su servicio, pero pronto vuelve a volar libre.



La Mona Lisa


La Gioconda, o Mona Lisa, es con toda seguridad uno de los cuadros más célebres del mundo. Leonardo lo pinta entre los años 1503 a 1506, pero está retocándolo hasta el final de sus días. Con él aplica su técnica del sfumato.

La Mona Lisa

Da Vinci realiza la obra por encargo, sin embargo se niega a venderla y la llevará siempre consigo. La modelo es una joven de 24 años, Lisa Gherardini, esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo.

En 1506 regresa a Milán de nuevo y allí sigue pintando, investigando y dibujando. Leonardo es un enamorado de la naturaleza y los animales, a veces compra aves enjauladas en los mercados y las suelta para que sean libres y poder observar su vuelo. 

Pero también la cocina le apasiona y a lo largo de su vida abre dos restaurantes, uno de ellos con Botticelli. Pero ambos son un absoluto fracaso, pues sirve platos con poca cantidad de comida, lo que actualmente denominaríamos como "menú degustación". La gente se siente engañada cuando ve que le presentan un plato solo con una especie de tapas, cuando ellos están acostumbrados a comer carne en abundancia. Leonardo tiene que cerrar los restaurante, pero hasta en eso fue un adelantado a su tiempo.



La última época en Francia


Corre el año 1515 cuando Francisco I se corona como monarca de Francia, y el destino favorece de nuevo al genio italiano. El nuevo rey es un gran admirador de Leonardo y de inmediato le ofrece acogerlo bajo su protección, proporcionándole una renta de 1000 ducados al año, vivienda y absoluta libertad para hacer lo que desee. Por supuesto, el pintor acepta encantado.

Allí pasa cuatro años, entregado a organizar fiestas, a sus investigaciones, sus dibujos y a tener largas conversaciones con el rey.

Tumba de Leonardo da Vinci

Al cumplir los 67 años siente que su fin está cerca y quiere dejar por escrito que la mayoría de sus pertenecías desea que pasen a su mejor alumno, Francesco de Melzi. Esto ocurre un 23 de abril de 1519, y el 2 de mayo Leonardo deja este mundo para siempre.

Su cuerpo es enterrado en la capilla de San Florentino, en Amboise. Y en 1874 es trasladado a la capilla de Saint Hubert.

A la muerte de Da Vinci, el rey francés Francisco I adquiere el cuadro de su querida Gioconda por 12.000 francos. Actualmente se puede contemplar en el Museo del Louvre de París. Porque como el mismo Leonardo dijo: “La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte”.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados



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