En la mitología griega, Ares es la personificación de la violencia y la guerra. Hijo de Hera y de Zeus, este dios encarna la crueldad y el horror de las batallas. Aunque inspira miedo, su manera impulsiva e irracional de actuar hace que acabe derrotado en algunas de las contiendas en las que se ve envuelto. En la mitología romana se le equipara a Marte.