El apellido de nuestra protagonista nos evoca de inmediato la figura de su padre, Lord Byron, famoso por su poesía y por su vida disoluta.
Lord Byron contrae matrimonio con Anna Isabella Milbanke, una enamorada de las matemáticas con la que no consigue encontrar muchas afinidades. El matrimonio solo dura un año, y se dice que Anna descubre que su marido tenía relaciones con su hermanastra, Augusta Leigh, de la que estaba perdidamente enamorado.
La infancia de Ada Byron
Augusta Ada Byron nace en Londres en diciembre de 1815. Sus padres se separan cuando la pequeña solo tiene dos meses de edad. La niña nunca conoce a su padre personalmente, aunque mantiene correspondencia con él hasta su muerte, que sucede cuando Ada tiene ocho años.
Pero su madre hace todo lo posible para que su hija no siga los pasos de su progenitor, inculcándole desde muy pequeña su preferencia por los números. Sin embargo, aunque Ada se siente fascinada por la ciencia y las matemáticas, también muestra interés por la poesía.
La calidad de los genes en Ada es indiscutible, y se convierte en una joven inteligente y despierta, adelantada a su tiempo en intereses y curiosidad.
Desde pequeña es una niña enfermiza. A los catorce años sufre una parálisis en las piernas que la mantiene durante meses en cama, lo que la convierte en una gran lectora y aumenta su interés por las matemáticas.
Después de sufrir las típicas “sangrías” con las que curaban todos los males en aquellos años, gracias a su fuerza de voluntad logra levantarse de la cama e ir recuperándose lentamente, hasta el punto de practicar la equitación, ya que los caballos son una pasión para ella.
Ada cuenta con los mejores tutores particulares, entre ellos Augustus De Morgan, uno de los más reputados profesores de matemáticas del Colegio Universitario de Londres. Y también Mary Somerville, una apasionada de las matemáticas que escribió multitud de ensayos y que captó de inmediato la admiración de la joven Ada Byron.
Ada Byron y Charles Babbage
La mujer en el siglo XIX estaba restringida al cuidado de la casa, los hijos y el marido. Pero Ada Byron tiene suerte, y puede en parte torcer ese destino.
Con tan solo 17 años de edad conoce a Charles Babbage, matemático y científico inglés que hoy está considerado como “el padre de la computación”. Babbage queda tan impresionado por la inteligencia y los conocimientos de la joven, que acepta sus requerimientos de nuevos contactos. Con el tiempo se convierten en amigos, trabajan juntos e incluso se dice que llegan a ser amantes.
En el verano de 1835 contrae matrimonio con William King, más tarde convertido en Conde de Lovelace, lo que la convierte a ella también en Condesa de Lovelace. Aunque tienen tres hijos, su marido la apoya en todo momento para que no pierda contacto con las matemáticas.
Pero a pesar de todo el conocimiento y trabajo que Ada aporta a los proyectos de Babbage, el hándicap de ser mujer la mantiene siempre en un segundo plano, sin pasar de ser la mera traductora de sus trabajos. Además, por miedo a ser rechazada por su condición femenina, siempre firma sus artículos únicamente con sus iniciales.
El final del camino de la Condesa de Lovelace
Los últimos años de su vida son casi tan tormentosos como los de su padre. Tiene los nervios a flor de piel, y su situación económica es lamentable. También se le adjudican amantes poco recomendables.
Ada Byron nunca se vio libre de la enfermedad, desde su infancia su salud nunca fue buena y con los años fue empeorando. Para soportar los dolores empieza a tomar drogas y alcohol, que la van conduciendo a un pozo sin fondo. Consciente de ello, consigue alejarse de su adicción, pero desgraciadamente comienza a ofuscarse con las carreras de caballos y las apuestas, donde pierde el poco dinero que le queda.
Ada fallece de cáncer el 27 de noviembre de 1852. Por esas casualidades que tiene la vida, muere a la misma edad que su padre, Lord Byron. Ambos tenían 36 años, y descansan juntos por deseo expreso de la Condesa de Lovelace.
Ada fallece de cáncer el 27 de noviembre de 1852. Por esas casualidades que tiene la vida, muere a la misma edad que su padre, Lord Byron. Ambos tenían 36 años, y descansan juntos por deseo expreso de la Condesa de Lovelace.
En 1979, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos crea un nuevo lenguaje de programación, y en reconocimiento a Ada Byron, deciden denominarlo “Lenguaje Ada”. Después de más de un siglo, por fin se valoraba su trabajo.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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