El Minotauro es un ser de la mitología griega, que posee cuerpo de hombre y cabeza de toro. Su madre es la princesa Pasífae, hija de Helios, dios del sol. Su padre es Minos, hijo de Zeus y de la princesa Europa.
Minos desea reinar en la isla de
Creta, pero para ello debe imponerse a sus dos hermanos. Pide ayuda a Poseidón,
que para demostrarle su apoyo le manda un hermoso toro blanco, con la condición
de que le dé muerte cuando consiga su fin. Pero Minos queda prendido de la belleza
del toro y decide sacrificar en su lugar a otro toro de los suyos, pensando que
a Poseidón no le importará. Sin embargo, el dios de los mares monta en cólera
cuando se entera y para castigarle provoca que Pasífae se enamore locamente del
toro blanco.
Teseo y el minotauro
La ciudad de Atenas es sitiada por
Minos, como represalia por la muerte de su hijo a manos de Egeo, rey de Atenas
y padre de Teseo. La falta de alimentos y las enfermedades, van hundiendo a la
ciudad en la desesperación. Y a Egeo no le queda más remedio que aceptar las
condiciones de Minos para que su pueblo no muera en la más absoluta de las
miserias.
El rey ateniense se compromete a
entregar cada año catorce jóvenes de las mejores familias de la ciudad, para
abandonarlos en el laberinto de Creta y que sirvan de alimento al minotauro.
Teseo, cuando se entera del macabro tributo que su padre es obligado a ofrecer,
decide que él será uno de los que entre en el laberinto, y acabará con el
monstruo. Su padre se niega e intenta convencerle de que no lo haga, pero él
está decidido. Así que Egeo le ruega que, si consigue su propósito, al regresar
a casa cambie las velas negras del barco por blancas, para que él pueda verlas
en la distancia y se quede tranquilo.
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Templo de Teseo, Viena |
Teseo llega a Creta y conoce a la hija del rey Minos, Ariadna, y ambos se enamoran de inmediato. Teseo le cuenta que su intención es acabar con el minotauro y la joven intenta hacerle desistir, pero el muchacho tampoco la escucha. Entonces Ariadna le entrega un ovillo de hilo de oro y le dice que lo ate en algún lugar a la entrada del laberinto, y luego lo vaya desenrollando. De ese modo, si consigue su propósito, será la única manera de que encuentre la salida del laberinto. Teseo así lo hace, y sale victorioso después de dar muerte al minotauro.
Con la euforia de la victoria, olvida cambiar las velas negras por blancas, como le había pedido su padre. Y Egeo al ver a lo lejos el barco con las velas negras ondeando al viento, cree que su hijo ha perecido a manos del minotauro y sin poder soportarlo, se arroja al mar. Cuando Teseo se corona como rey, decide llamar al mar Egeo, en honor a su padre.
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