Albert Schweitzer fue médico, filósofo y teólogo, conocido por su dedicación a la médicina misionera en África. Nace en la hermosa ciudad de Kaysersberg, en Alsacia, Alemania, en enero de 1875, y es galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1952, por su labor humanitaria en Gabón. Citar que Alsacia pertenecía entonces a Alemania, hasta que en 1918 volvió a formar parte otra vez de Francia.
Una filosofía de vida
El niño Albert cursa sus estudios en Gunsbach, y más tarde hace el bachillerato y estudia música en Mulhouse. Su padre, un pastor protestante, tiene una gran influencia sobre él, lo que le lleva a París a estudiar Teología y Filosofía en la Sorbona, así como órgano en el Conservatorio. Más tarde, haría sus prácticas con este instrumento en la iglesia de su progenitor.
Se doctora en Filosofía en 1899, y se licencia en Teología un año después. Sus inquietudes solidarias le llevan a estudiar medicina en la Universidad de Estrasburgo, con el afán de ayudar a los más desfavorecidos. En 1913 se licencia y se marcha a Gabón, decidido a construir un hospital para atender a personas necesitadas.
Un talento para la música
Ya desde su infancia, Schweitzer se siente fascinado por la música. El órgano de la iglesia de su padre le impresiona desde el primer momento. Acude a clases desde muy temprana edad y acaba siendo un virtuoso de ese instrumento, interpretando a Bach por todo el mundo, lo que le reporta cuantiosos beneficios que utiliza para sus proyectos solidarios en África.
Órgano del coro en la iglesia de Santo Tomás, Estrasburgo |
En su faceta de músico destacan libros como Johann Sebastian Bach, el músico poeta, en 1905, y un año después El arte de fabricar órganos en Alemania y Francia. También se dedicará a construir órganos en algún momento de su vida.
La medicina solidaria
Albert Schweitzer empieza a estudiar medicina a los treinta años, con la única intención de irse a África y ayudar a las personas de raza negra, ya que conocía el abandono y la pobreza en la que vivían.
En 1913 parte hacia ese país con su esposa, y con sus propias manos y la ayuda de unas pocas personas, va levantado su soñado hospital, que inmediatamente se llena de cientos de pacientes ansiosos por recibir la atención médica de la que antes carecían.
La Primera Guerra Mundial corta de raíz sus sueños por un tiempo, y tanto a él como a su mujer se les prohíbe salir de su propia casa, para más tarde trasladarlos a un campo de concentración.
En el verano de 1918 consigue la libertad y empieza a ser requerido para dar conferencias, con las que tiene un gran éxito. Tres años más tarde levanta otro hospital y en 1950 empieza su proyecto del pueblo para leprosos, que completa con el dinero que le reporta el recibir el Premio Nobel de la Paz en 1952.
Albert Schweitzer fallece el 4 de septiembre de 1965 y su cuerpo yace junto al de su esposa en Lambaréné. Actualmente su hospital sigue funcionando y se han creado otros con su nombre en distintos países, como Haití y Holanda.
Es adecuado terminar con unas palabras del protagonista de este artículo cuando dijo: “Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo”.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
La primera guerra mundial corto de raíz muchos sueños. Muy buen post. Gracias por compartirlo. Un abrazo
ResponderEliminarSí, como todas las guerras, Nuria. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
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