sábado, 27 de febrero de 2016

Nikola Tesla: el visionario de la electricidad

Nombrar a Nikola Tesla, es nombrar a una de las mentes más brillantes de la historia de la ciencia, a un hombre fuera de la ortodoxia y a una persona cuya curiosidad no tenía límites.

Nikola Tesla nace el 10 de julio de 1856 en Smiljan, Croacia. Su padre es pastor de una iglesia ortodoxa del pueblo y su madre, aunque no posee estudios, es reconocida por su inteligencia y porque tiene memoria fotográfica. Nikola afirma que es de ella de quien ha heredado esas cualidades.

El joven Nikola Tesla


Siempre enamorado de la lectura, y gracias a su extraordinaria memoria y a su pasión por la ciencia, Tesla concluye sus estudios de ingeniería en Croacia,  necesitando un año menos de lo previsto. Ya tiene claro en ese momento que lo que más le atrae es todo lo relacionado con la electricidad, por lo que en 1875 parte hacia Gratz, Austria, para estudiar ingeniería eléctrica.

El joven Nikola va por libre, cuestionando incluso a sus profesores e intuyendo siempre que se puede ir más allá de lo establecido. Realiza varios cursos más de ingeniería, empapándose de todos los conocimientos que le apasionan.


Nikola Tesla

Tres años más tarde emprende camino hacia Marburgo, Eslovenia, donde obtiene su primer trabajo como asistente de ingeniería. En 1880 encuentra ocupación en la compañía nacional de teléfonos, donde escala posiciones rápidamente. A los dos años, y ya en París, logra entrar en una de las empresas de Thomas Alva Edison, la Continental Edison Company.

Es en 1884 cuando parte hacia Estados Unidos, llega a  Nueva York con solo unos pocos centavos en el bolsillo y busca directamente a Thomas A. Edison para entregarle su carta de recomendación y hacerle saber que desea trabajar con él. Edison es entonces una de las personas más importantes de América, pero Tesla no tiene ningún problema en ofrecerle su colaboración, seguro como está de su talento y su capacidad de trabajo. Además, hay que decir que tampoco orgullo y ego le faltan. A su favor también tiene la carta de recomendación que trae de su antiguo jefe dirigida a Edison, que dice lo siguiente: “Conozco a dos grandes hombres, usted es uno de ellos, el otro es este joven”.

Nikola Tesla y Thomas Alva Edison


La relación entre estos dos genios nunca fue fluida, pues ambos eran muy egocéntricos y les resultaba complicado tener a alguien cerca que pudiese hacerles sombra. Pero trabajaron juntos, ya que la preparación de Tesla convenció a Edison de que podía ser beneficioso para sus empresas tenerle cerca.

Sin embargo, la experiencia no terminó bien. Nikola afirma que le prometieron cincuenta mil dólares si rediseñaba unos generadores y motores que no eran eficaces. Tesla lo hace, pero cuando reclama su recompensa, Edison le dice que no era más que una broma. Así que el científico croata se indigna y abandona la compañía inmediatamente.

Poco tiempo antes, ya se había dado algún que otro desencuentro entre los científicos. Como cuando Tesla  crea una bombilla idéntica a la que había inventado Edison anteriormente, pero que proporciona aproximadamente veinte veces más luz. El orgullo del científico americano queda seriamente dañado en ese momento y su animadversión hacia Tesla va creciendo.


Nikola Tesla frente a la espiral de la bobina de su transformador de alto voltaje
Nikola Tesla frente a la espiral de la bobina
 de su transformador de alto voltaje

El científico croata también tiene un litigio con Marconi, porque éste patenta la primera transmisión de radio a finales de 1900, cuando Tesla ya la había realizado casi tres años antes. La justicia le da la razón a Nikola Tesla, sin embargo, todavía en la actualidad,  la mayoría de libros citan a Marconi como inventor de la radio.

Pero Tesla encuentra pronto otros colaboradores entre los poderosos de la época, como George Westinghouse o J.P. Morgan. Westinghouse le compra más de 400 patentes a Nikola Tesla, y el banquero y empresario J.P. Morgan está convencido de que con la ayuda del científico croata le va a ser posible dominar el monopolio de la energía mundial. Es gente muy poderosa y que maneja mucho dinero, y Tesla en ese momento es el niño mimado, con un alto nivel de vida y pensando que puede llevar a la realidad cualquiera de sus proyectos.

Sin embargo, su falta de límites, sus excentricidades y sus peligrosos experimentos, acaban por apagar la inmensa luz que le rodea.

El declive de Nikola Tesla


Uno de sus máximos sueños es proporcionar energía eléctrica gratuita para toda la humanidad, algo que no entra en los planes de los poderosos de esa época, ni de la actual, ni de ninguna conocida. Tal vez es uno de los principales motivos que le lleva a la ruina, personal y económica. Pero hubo otros muchos.

Sus extraños experimentos, que en una ocasión hicieron volar por los aires su laboratorio de Colorado Springs, en Estados Unidos, o dejar sin luz a la ciudad entera. Sus afirmaciones de que posee un rayo capaz de partir la Tierra en dos como una manzana o sus coqueteos con otra realidad invisible, le hacen definitivamente perder la simpatía y el favor de la prensa, de los científicos y de los hombres poderosos que hasta ese momento han estado a su lado y financiado sus proyectos.

Nikola Tesla en su laboratorio en Colorado Springs
Nikola Tesla en su laboratorio en Colorado Springs

En el año 1899, en su laboratorio de Colorado Springs, registra unos sonidos extraños que él piensa que no proceden de tormenta alguna ni de nada conocido. Su conclusión es que es una transmisión de otro planeta, incluso se aventura a afirmar que debe ser de Venus o Marte. En su diario escribe: “Cada vez estoy más convencido que yo he sido el primero en escuchar el saludo enviado de un planeta a otro”.

Otra de las cosas que le ocurre es que ve a su madre después de muerta, el mismo día que fallece. Lo único que consigue al contar estas singulares experiencias, es aumentar su falta de credibilidad y su fama de extravagante.

El final de Nikola Tesla


Los últimos años de su vida, Nikola Tesla se va aislando del entorno y vive en la habitación de un hotel. Sigue dándole vueltas a la mente con sus ideas, pero su única compañía son las palomas de un parque de Nueva York, a las que da de comer cada día y donde pasa muchas horas.

Fallece en soledad, en la habitación del hotel, un 7 de enero de 1943. Tiene 86 años. Al día siguiente, personal del Gobierno de los Estados Unidos requisa todos sus escritos y todo el material que le pertenece, designándolo Secreto Federal del Gobierno.

Urna dorada con las cenizas de Tesla
Urna dorada con las cenizas de Tesla, en el Museo Nikola Tesla (Belgrado)

Nikola Tesla fue un hombre libre, un genio, una de las mentes más brillantes del pasado siglo XX. Siempre acariciando lo imposible, lo extraño, lo que no cabía en más inteligencia que la suya.

Uno de los mejores y más lúcidos científicos de todos los tiempos que, sin embargo, no aparece en muchas enciclopedias científicas. Aunque Nikola Tesla ha sido ignorado por el mundo científico, nadie puede negar su genialidad y su personalidad fuera de lo común en todos los sentidos.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados



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