domingo, 28 de febrero de 2016

Hatshepsut: la reina de Egipto

Vinculada a la XVIII dinastía, esta mujer reinó en Egipto durante veintidós largos años, dejando su huella en la historia a pesar de sus detractores.

Una mujer excepcional que logró lo que le estaba vetado por su condición femenina: gobernar Egipto con la ayuda de su ambición, su inteligencia y de importantes colaboradores. Esa fue Hatshepsut.

Hija de Tutmosis I y biznieta de Iahn-Hotep, tiene tres hermanos, dos de ellos varones que fallecen en la infancia, quedando solo Hatshepsut y su hermana Neferubity, que también muere a edad temprana.

Su padre tiene varias esposas y concubinas, y de una de ellas nacería Tutmosis II, sucesor de Tutmosis I. A pesar de que Hatshepsut era la heredera legítima por ser hija de la esposa principal del rey, las malas artes del consejero real Ineni impiden que a la muerte de su padre Hatshepsut pueda acceder al trono.

Hatshepsut

Su medio hermano, Tutmosis II, se convierte en faraón siendo un niño, y Hatshepsut se desposa con él convirtiéndose en la Gran Esposa Real.

Pero Tutmosis II es frágil y enfermizo, y Hatshepsut toma el mando en gran medida y comienza a establecer contactos con poderosos personajes de su entorno.

Tutmosis II fallece a temprana edad, y aquí se abre otra oportunidad para que nuestra protagonista acceda a lo más alto del poder egipcio. Pero otra vez, sus deseos se ven truncados.

Hatshepsut no había conseguido darle un heredero varón a su joven marido, y de nuevo el consejero real Ineni utiliza su influencia para colocar en el trono al hijo nacido de una relación de Tutmosis II y una concubina, es Tutmosis III.

Pero esta vez Hatshepsut no se queda de brazos cruzados y se convierte en reina regente de Tutmosis III, que es un niño y, por lo tanto, incapaz de dirigir un país. Además, por fin puede apartar del entorno político a su eterno enemigo Ineni.


El poder de Hatshepsut


Cuando considera que es el momento adecuado, Hatshepsut se designa faraón y descendiente directa del dios Amón. Aunque es la tercera mujer que reina en Egipto, es la primera que se erige como faraón.

Hatshepsut con barba faraónica
Hatshepsut con barba faraónica

Para atreverse a dar ese paso, cuenta con el apoyo de los sacerdotes de Amón, especialmente de Hapuseneb, a cambio de regalos y poder concedidos en abundancia.


Hatshepsut y Sen-en-Mut


Sen-en-Mut fue soldado junto a Tutmosis I, que lo designa mentor de su hija Hatshepsut. Este hombre es una pieza fundamental, y de las más importantes, en la vida de la reina egipcia.

Ambos son pioneros al llevar a cabo la primera expedición comercial, sin fines militares, al país del Punt. Y siempre les unirá una relación muy especial, incluso hay quien asegura que Sen-en-Mut mandaba tanto como Hatshepsut.

No se han encontrado evidencias certeras de que mantuviesen una relación sentimental, aunque hay investigadores que tienen pocas dudas de ello.

Avenida de las esfinges en el templo de Luxor
Avenida de las esfinges en el templo de Luxor


Sen-en-Mut es arquitecto, y bajo sus órdenes se crean importantes monumentos. Moderniza el templo de Amón de Karnak; la ciudad de Tebas, actual Luxor, también es renovada bajo su mandato. Y alza en honor de Hatshepsut el templo Dyeser Dyeserusituado en el complejo funerario de Deir-el-Bahari.

Sen-en-Mut es el Gran Arquitecto Real y Administrador Real de Egipto, y sus escritos dan muestra de su enorme sabiduría. Toda su vida estuvo consagrada a su amada Hatshepsut.


El reinado de Hatshepsut


Bajo el mandato de Hatshepsut, Egipto desarrolla nuevos vínculos comerciales y deja en segundo plano las iniciativas bélicas. Durante sus veintidós años de reinado tan solo se efectúan seis operaciones militares, la mayoría de ellas defensivas.

También dedica grandes esfuerzos a renovar el país y rehabilitar los templos, dañados por los distintos conflictos bélicos del pasado.

Templo de Hatshepsut
Templo de Hatshepsut, en Deir el-Bahari, construido por Senenmut

Como reina y faraón, se hace representar con atributos masculinos, con el tocado a rayas en la cabeza y la falsa barba, pero nunca escondió su condición femenina.

Cuando está dieciséis años reinando sufre un duro golpe, pues desaparecen sus dos grandes apoyos, Sen-en-Mut y Hapuseneb. Esto la lleva a alejarse de la primera línea del poder, y favorece que Tutmosis III empiece a tomar el mando. Hatshepsut fallece en su palacio de Tebas, y es enterrada junto a su querido padre Tutmosis I.

Durante mucho tiempo se ha creído que su sucesor, Tutmosis III, había hecho lo imposible por borrar el recuerdo de Hatshepsut como faraón. Pero según los egiptólogos Teresa Bedman y Francisco Martín, la destrucción de su memoria se lleva a cabo por Ramsés II y Seti I, entre otros faraones de la dinastía XIX, que van haciendo desaparecer los templos y cualquier referencia a la reina faraón. Afortunadamente, no lo consiguen y su recuerdo ha llegado hasta nuestros días.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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