Johann
Sebastian Bach crece en una familia de músicos, y desde pequeño está acostumbrado
a ver instrumentos musicales y partituras en su casa. También los alumnos de su
padre llenan el hogar, ya que era costumbre en aquellos tiempos que vivieran en
el domicilio del maestro durante la temporada de estudio, realizando la labor
de copistas para colaborar en los gastos.
Bach
nace en marzo de 1685, en Eisenach, Alemania. Vive en una época en que la
música es muy importante, especialmente la ópera, aunque este género musical se
parece poco a lo que la rodea actualmente. En el siglo XVIII los artistas
actuaban generalmente en locales abiertos, donde además de las personas que
comían y charlaban de sus cosas, también podían corretear gatos y perros a sus
anchas.
Monumento a Bach en Leipzig, Alemania |
Con tan solo once años Johann pierde a su padre y se traslada a vivir con uno de sus hermanos, que cuida de él y le sigue instruyendo musicalmente, por lo que antes de cumplir los veinte años ya poseía una importante formación musical, había compuesto alguna obra religiosa y era un brillante organista.
La
concepción que se tenía de la música era distinta a la que se tiene hoy en día.
En Europa miles de personas se dedicaban a componer obras musicales para los
actos religiosos de un día y luego quedaban olvidadas en cualquier rincón. La
música era muy importante en los oficios religiosos, les proporcionaba el
ambiente adecuado y reforzaba su impacto en los fieles.
Bach era
un maestro del contrapunto. Esta técnica musical consiste en la mezcla de dos
voces independientes en armonía y ritmo, que da como resultado un sonido
diferente.
De
Johann Sebastian Bach se guardan más de 500 obras musicales: 189 para
clavicémbalo, 227 para órgano y 125 vocales. El hecho de que fuese un músico
admirado en su época, hace pensar a sus estudiosos que es muy poco lo que
ignoramos de su obra. Asimismo, sus hijos se encargaron en su momento de
clasificar la obra de su progenitor. Aquí hay que nombrar especialmente a su
hijo Carl Philipp Emanuel, quien realizó un trabajo ingente copiando y editando
obras de su padre que habían quedado arrumbadas.
Bach no
escribió ninguna ópera, lo que propició que su fama no llegase a ser como la de
otros músicos de su época, como Händel, por ejemplo, que fue mucho más popular.
Sin embargo, Bach fue muy admirado como instrumentista y como virtuoso de la
técnica del contrapunto. Tocaba extraordinariamente bien la viola de gamba, el
violín y todo tipo de teclados, además de cantar bien.
Sus
obras fueron en gran medida religiosas, ya que la iglesia poseía una gran
riqueza y facilitaba el trabajo a músicos y otros artistas de la época.
Entre
sus obras más importantes se pueden citar Misa
en si menor, El arte de la fuga, Tocata y fuga en re menor, Concierto italiano,
Suites para violonchelo solo, Conciertos para teclado, La Pasión según San Mateo,
Ofrenda musical, Suites para orquestas, y Sonatas y partitas para violín solo.
Bach fallece en el
verano de 1750. Tenía 65 años. El compositor alemán Robert Schumann diría de
él: “Solamente hay un músico del que los demás podríamos aprender algo nuevo,
ese es Johann Sebastian Bach”.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
Interesante publicación, Beatriz.
ResponderEliminarTodo lo que se publique y se diga de Bach es poco.
Un abrazo :-)
Muchas gracias por tu comentario, Miguel Ángel. Absolutamente de acuerdo contigo, un genio de la música. Un abrazo!!
EliminarUn gran músico, Tocata y fuga en re menor, me encanta. Gracias por traernos a Bach para conocerlo un poco más. Un abrazo
ResponderEliminarMaravilloso músico. Muchas gracias por tu comentario, Nuria. Un abrazo!!
Eliminar