viernes, 4 de marzo de 2016

Apolonio de Tiana: el otro Jesucristo

Apolonio de Tiana fue un pensador carismático, cuya sabiduría dejó una profunda huella en su época. A menudo comparado con figuras como Sócrates o Jesús de Nazaret, su vida estuvo rodeada de milagros y hechos insólitos.

Flavio Filóstrato escribe la biografía de Apolonio de Tiana dos siglos después de su muerte, recurriendo a los apuntes que su discípulo y amigo Damis toma en su día. Filóstrato lo equipara a Pitágoras, del que Apolonio fue seguidor y admirador.
La imagen retrata un ambiente de estudio en una biblioteca antigua. Una figura, vestida con una túnica, está sentada frente a un pergamino abierto, con las manos juntas en actitud reflexiva. A su alrededor se encuentran estatuas que representan personajes históricos o mitológicos, mientras que los estantes están repletos de libros antiguos. La luz del sol entra suavemente por una ventana, bañando la escena con un resplandor cálido y sereno. La composición transmite una atmósfera de sabiduría, introspección y conexión con el conocimiento clásico.

 En su biografía, Filóstrato afirma: "Apolonio de Tiana (...) está en alguna forma en la mitad entre los dioses y los mortales".


El misterio de Apolonio de Tiana


No se conoce la fecha exacta de su nacimiento, pero se barajan dos en especial: el año 4 a.C. o el 16 d.C. Lo que sí se sabe con seguridad es que vino al mundo en Tiana, la Capadocia turca.
Existe una insólita leyenda que cuenta que el nacimiento de Apolonio de Tiana sucede en plena naturaleza, y en el mismo momento que llega al mundo un rayo se desprende del cielo con toda su fuerza. Este tipo de nacimientos es común en personas consideradas más evolucionadas o especiales, y el paso del tiempo confirmaría esta hipótesis en Apolonio de Tiana.
Es vegetariano, y la gente de su época le considera un ser por encima de lo terrenal, un hombre celestial, una especie de daimon que había encarnado en la Tierra por algún motivo desconocido. Un nexo entre lo divino y lo humano.

Apolonio de Tiana

Posee una cultura extraordinaria, y una inteligencia claramente superior a la gente que le rodea. Es matemático, pero también entiende de ciencia, arte y religión. Se dice que dominaba hasta 16 idiomas, y cuenta la leyenda que sabía comunicarse incluso con los animales y la naturaleza.
Es un hombre con unas extraordinarias capacidades mentales, un psíquico indiscutible. Pero al mismo tiempo, es un fabuloso taumaturgo que encandila a las masas fácilmente.
Miles de personas le siguen, escuchando ávidas sus palabras, aunque muchas veces no las entiendan. Es consejero de varios emperadores, y respetado por todos. Pero también tiene enemigos que, sin embargo, nunca se atreven a atacarle directamente.
La leyenda cuenta que poseía el don de resucitar muertos, curar enfermos, predecir el futuro,  bilocarse y hacerse invisible.

En todo momento se posiciona en contra de la violencia y el maltrato a los animales, y se refleja en sus palabras cuando su rey le invita a cazar con él en uno de los `parques´ que posee: "Te has olvidado que no asisto ni siquiera a tus sacrificios. Es más, no veo la gracia de atacar bestias maltratadas y mantenidas en esclavitud, lo opuesto a su naturaleza".


Los viajes de Apolonio de Tiana


Su relación con emperadores y personas de poder le permiten ganar dinero y tener libertad para viajar allá donde desea.

Taj-Mahal (India)

Su viaje a la India le cambia para siempre. A su vuelta cuenta que ha estado en contacto con los “Superiores Desconocidos”, seres no humanos que le han comunicado sus conocimientos. Llega a afirmar en una de sus cartas: “He visto hombres que viven en la Tierra y sin embargo no son de esta Tierra”.
Visita lugares prohibidos para los demás mortales, conoce a la Hermandad Blanca y le revelan información y conocimientos que él va transmitiendo en sus oratorias.


La misión de Apolonio de Tiana


Todos estos extraños personajes que aparecen en su camino, le acaban encomendado una misión, que para él se convierte en lo más importante y será a lo que dedique el resto de su vida.

La imagen presenta una estatua de mármol que parece representar a una estatua de Apolonio de Tiana. La estatua está vestida con una toga detallada y sostiene un pergamino en una de sus manos, sugiriendo conocimientos o enseñanzas. Los rasgos faciales no son completamente visibles, lo que añade un aire de misterio y universalidad a la figura. El fondo, dominado por vegetación verde, contrasta elegantemente con el blanco del mármol, destacando la majestuosidad de la escultura. Este entorno natural refuerza la conexión entre el arte clásico y la contemplación filosófica.

Estos seres divinos, entre los que se encuentra un rey indio llamado Iarchas, le encomiendan la misión de ocultar varios objetos de poder o talismanes en distintos lugares del mundo, con la intención de que en un futuro lejano sean descubiertos y permitan a la humanidad dar un salto evolutivo.
Apolonio de Tiana afirma que a su llegada al reino desconocido del monarca Iarchas, éste le recibe diciéndole: “Has venido a casa de los hombres que saben todas las cosas”.

Apolonio de Tiana, el escritor


Fue un prolífico escritor, pero tan solo 95 de sus cartas han llegado hasta nuestros días. Entre sus libros conocidos se encuentran: El libro de la adivinaciónTestamento filosóficoVida de PitágorasHimno a la memoria, Astrología judicial, Cartas y El libro de los sacrificios. En este último manifiesta que no hay que ofrecer ningún sacrificio a los dioses más allá del uso de la razón.


El juicio a Apolonio de Tiana


Al final de su vida, el emperador romano Domiciano le acusa de magia y herejía, asegurando que solo alguien conectado al maligno podía adivinar el futuro y realizar los prodigios que se le atribuían a Apolonio de Tiana.

Escritor

El día del juicio, el acusado acude sereno a la sala. Los jueces le instan a que se declare culpable de los cargos que se le imputan, pero él se niega. Y sus palabras son: “No podéis detener mi alma, ni siquiera mi cuerpo podéis detener”Y dicho esto, se cuenta que desaparece ante el estupor de todos los presentes.
Más tarde, se deja ver por sus seguidores. Pero ya es un hombre nonagenario, y su partida de este mundo está cerca. Sin embargo, su muerte es tan enigmática como su vida. Nadie presencia su óbito, y ni siquiera se sabe donde descansan sus restos.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


12 comentarios:

  1. Anteriormente leí acerca de el. Pero no como ahora. Gracias x está historia.

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  2. Los cristianos son apologistas. Copiaban de otros mitos. Nada de lo que expone la biblia es original. Lactación recorrió el mediterráneo africano y extrajo todo lo que otras religiones ya tenían sus mitos.

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  3. Hola, no conocía esta figura de la historia, quizá lo he oído, pero no lo recordaba. Muy curioso lo que cuentas sobre ella y, al final, como en todos estos casos que son tan eruditos, acusado de herejía... No cambiamos los humanos.
    Un abrazo. :)

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    1. Hola, Merche. No, los humanos aprendemos poco y despacio. De todos modos, Domiciano era un emperador bastante loco, necesitaba casi nada para condenar a cualquiera.
      Gracias. Un abrazo 🤗

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  4. Hola Beatriz, que interesante este personaje y tal como lo cuentas se hace aún más interesante. El final me ha encantado, la frase que lanza.
    Antiguamente todo el que era adelantado en conocimientos le caía la cruz de brujería.
    Un abrazo!!

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    1. Hola, Dakota. Me alegro que te haya resultado interesante el arti. Es un personaje curioso y bastante desconocido, como muchos otros, por cierto.

      Y sí, en tiempos pasados te ponían la etiqueta de bruja o brujo con mucha facilidad. Por otra parte, Domiciano fue un emperador bastante esperpéntico.

      Gracias por pasarte y dejar tu comentario. Un abrazo 🤗

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  5. ¡Buenas de madrugada, Beatriz!

    Estoy dejando, todos los comentarios que he ido redactando estos días en los que he estado "fuera de juego" para los compañeros y compañeras. Pero este lo estoy redactando ahora mismo... y es maravilloso el viaje nos has regalado con este relato de Apolonio. Más que una biografía, es casi un camino iniciático el que has trazado aquí, donde cada paso que damos con él no solo nos acerca a su figura, sino que también nos pone frente a algunas de esas preguntas universales que nos acompañan desde siempre.

    Me ha parecido muy acertado cómo lo has situado en ese punto intermedio entre el mito y la realidad. Como bien destacas, hay algo fascinante en esa mezcla de filósofo, sabio, taumaturgo y viajero del misterio. Es como si Apolonio fuera un puente, no solo entre los hombres y los dioses, sino entre lo que sabemos y lo que intuimos pero no terminamos de comprender.

    Has resaltado además detalles que son pequeñas joyas, como esa actitud compasiva hacia los animales, o su negativa a participar en cacerías o sacrificios. Esos gestos dicen tanto de una persona como sus grandes hazañas. Y lo de los “Superiores Desconocidos” me ha parecido directamente fascinante. ¿Cuántos personajes de la historia han mantenido ese tipo de contacto, y cuántos misterios quedan por desvelar aún sobre estos encuentros? Porque no seré yo quien me atreva a decir qué es posible y qué no lo es.

    Me quedo también con esa reflexión que dejas caer sobre su final, que sigue siendo un enigma. Me parece simbólico que alguien que se movía entre mundos termine su historia sin que sepamos realmente cómo se despidió de este. Casi como si, fiel a su naturaleza, se hubiera esfumado entre dimensiones.

    Y ya que lo mencionas, no puedo evitar ver la conexión que haces entre Apolonio y figuras como Sócrates o incluso Jesús de Nazaret. Hay una corriente profunda ahí, una especie de arquetipo del sabio que no se conforma con los límites del mundo físico. No me extraña que haya quien le llame "el otro Jesucristo", porque más allá de las etiquetas, parece que Apolonio encarna esa misma búsqueda de trascendencia y de comprensión del universo que nos ha obsesionado a la humanidad desde siempre.

    Como siempre, Beatriz, da gusto leerte. No solo por lo bien que nos cuentas las historias, sino porque las abres para que podamos seguir caminándolas contigo, como quien se adentra en un sendero que no termina al final del artículo.

    ¡Un abrazo, compañera!

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  6. Buenos días, Miguel. Muchas gracias por tus palabras, sabias como siempre.

    Me gusta mucho como has definido: "Es como si Apolonio fuera un puente, no solo entre los hombres y los dioses, sino entre lo que sabemos y lo que intuimos pero no terminamos de comprender".

    Estoy totalmente de acuerdo contigo. Es más, creo que a lo largo de la historia han habido varios personajes que han hecho ese papel de puente. Por ejemplo, Jesús de Nazaret, por citar al más conocido. Son como un Axis mundi humano, un eje que conecta el cielo y la Tierra.

    Y luego está lo que las religiones hacen con esos seres, que ya los convierten en personajes, añadiendo muchas cosas que probablemente no ocurrieron. Porque una cosa es el arquetipo que encarnan estas personas y otra lo que nos acaba llegando.

    Bueno, lo dejo, porque esto sería para hablar/escribir y no terminar. Un abrazo fuerte!!

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