viernes, 11 de marzo de 2016

J.R.R. Tolkien: el hombre que creó la Tierra Media

Tolkien es una figura clave en la literatura fantástica, creador de mundos épicos llenos de profundidad, no solo contó historias, también construyó culturas y lenguajes, que siguen fascinando a miles de personas a día de hoy. Además de escritor, era filólogo, profesor universitario y erudito en lenguas antiguas.

El Silmarillion, El Hobbit y el Señor de los Anillos, son tres de las obras más conocidas de Tolkien. El cine ha puesto el último broche de oro a los sueños de este creador de mundos.

La infancia de John Ronald Tolkien


John Ronald Reuel Tolkien nace en Sudáfrica, el 3 de enero de 1892. Su padre, Arthur Tolkien, está bien posicionado como gerente de banco. Su madre, Mabel  Suffield, es quien le transmite el amor por el lenguaje y los idiomas.

La niñez del pequeño John está salpicada de tragedias. Con solo cuatro años pierde a su padre. Su prematura y repentina muerte deja a la familia Tolkien en una mala situación económica, por lo que la madre decide irse a Birmingham, donde vive su familia.

Al año se trasladan a una pequeña villa de Worcestershire, y allí es donde empieza a nacer su atracción por los árboles y la naturaleza, debido en parte a las visitas que realiza a la granja de una tía suya. A esa temprana edad es cuando comienza a crear lenguajes, personajes e historias.

Anillo mágico

Su madre le marca profundamente, y le transmite el interés y la facilidad por los idiomas, enseñándole francés, latín y alemán. También le transfiere su sentido de la religión. Mabel se convierte al catolicismo en el año 1900, y provoca tal disgusto en su familia, que son baptistas,  que le niegan cualquier ayuda económica a partir de ese momento.

A los 12 años la desgracia vuelve a planear sobre John, su madre fallece de diabetes. Al niño le cambia totalmente la vida de repente y parte hacia la ciudad, a casa de una tía. Se cuenta que además de echar mucho de menos la naturaleza y a su madre, odia asomarse a la ventana porque solo puede ver horrendas chimeneas por doquier.

El pequeño pasa a estar bajo la tutoría del padre Francis Morgan, para quien la religión católica es su vida, que se ocupa de su educación a partir de ese momento. Influye de forma muy importante en el niño, que ya llevará para siempre el catolicismo metido en las venas.

La juventud de Tolkien


En plena adolescencia John conoce a Edith Bratt, tres años mayor que él, de la que se enamora perdidamente. Obviamente, el padre Morgan desaprueba esos amores por varios motivos: por la juventud del muchacho, porque Edith es mayor que él y no es católica, y porque desea que John solo se preocupe de estudiar.

Pero el joven Tolkien ve a su enamorada a escondidas, hasta que el padre Francis lo descubre y le prohíbe tajantemente volver a verla ni tener ningún tipo de contacto con ella hasta que cumpla los 21 años. La actitud de su tutor le provoca al futuro escritor una gran tristeza, enfado y confusión. Tiene varios enfrentamientos con él, pero le obedece.

A los 19 años realiza un viaje de vacaciones con unos amigos a Suiza, y allí es donde se afianza definitivamente su amor por la naturaleza. Este viaje es tan importante para él, que lo refleja en el personaje de Bilbo Bolsón, en El Hobbit, cuando recorre las Montañas Nubladas, en la Tierra Media.

Libros

Pero John no se olvida de su amada, y el mismo día que cumple 21 años contacta con ella para pedirle matrimonio. Edith ya está comprometida con otro hombre, pues piensa que con la distancia y el tiempo Tolkien la ha olvidado, pero cambia sus planes y se casan en marzo de 1916. Eso sí, antes ella se convierte al catolicismo. Un año antes, John se había graduado con honores en la Universidad de Oxford.

Del matrimonio entre John Tolkien y Edith, que dura 55 años, nacen 4 hijos: John Francis, que se convierte en sacerdote; Michael Hilary, profesor de escuela; Christopher John, escritor; y Priscilla Anne, trabajadora social.

El mismo año de su boda se alista en el Ejército Británico, la Primera Guerra Mundial se encuentra en su ecuador y Tolkien se inscribe como experto en lenguaje de signos. Ejerce como oficial de comunicaciones en la Batalla de Somme, batalla que le hubiese llevado a la muerte si no llega a contraer lo que se llamaba “fiebre de las trincheras”, que facilitó que le mandaran a casa a principios de noviembre. De haber seguido en el frente, seguramente este creador de cosmogonías no hubiese sobrevivido, pues sus compañeros de batallón perdieron todos la vida.

El tiempo que pasa recuperándose de su enfermedad, lo aprovecha para comenzar “El libro de los cuentos perdidos”, que más tarde sería “El Silmarillion”.


John Ronald Tolkien, el lingüista y el escritor


Al regresar de la guerra, trabaja durante 2 años en la creación de la primera edición del Oxford English Dictionary, ocupándose fundamentalmente de la etimología e historia de las palabras de origen germánico.

En 1920 se incorpora como profesor de Lengua inglesa, en la Universidad de Leeds, en Inglaterra. Cinco años más tarde vuelve a la Universidad de Oxford, pero esta vez no como estudiante, sino como profesor. Tiene tan solo 33 años.

En esos años conoce a C.S. Lewis, `profesor como él y creador de “Las crónicas de Narnia”, con quien entabla una gran amistad, a pesar de sus desencuentros y discusiones, ya que Lewis es agnóstico. Pero es tal la “conexión” que tienen, que la mujer de Tolkien llega a sentirse molesta porque afirma que pasa más tiempo con Lewis que con ella.

TolkienJohn Ronald Tolkien es un lingüista reconocido, y también como profesor de una de las mejores universidades de Reino Unido tiene una buena reputación. Y es en esa época, con una estabilidad económica y familiar, cuando comienza a escribir “El Hobbit” y “El Señor de los Anillos”. A su ritmo, con tranquilidad, ya que no busca ni el dinero ni la fama. Escribe para sus hijos y para dar salida a sus fantasías de crear mundos, lenguajes y personajes imaginarios.

Aparte de los idiomas ya citados que le transmite su madre, Tolkien domina el inglés antiguo, griego, noruego, español (crea la lengua naffarin basándose en este idioma), belga medieval, italiano y finlandés. Asimismo, tiene conocimientos de lombardo, ruso, danés y serbio.


Tolkien, ecologista y pacifista


John Ronald Tolkien plasma en sus obras su amor por la naturaleza, por los árboles y los bosques. Es muy crítico con el daño que produce la industrialización sin control en los años que le toca vivir.

Libro

Por otra parte, tiene la desgracia de ver dos Guerras Mundiales, lo que le convierte en un pacifista a ultranza. Además, en la Primera Guerra Mundial, pierde a varios de sus mejores amigos, lo que le llena de una gran amargura. Se posiciona radicalmente en contra de la guerra, y cuando en el verano de 1945 se lanzan las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, llega a afirmar que desde su punto de vista los aliados no son mejores que los nazis.


Reconocimientos a J.R.R. Tolkien


Con 65 años recibe por parte de varias universidades de Estados Unidos, entre ellas Harvard, títulos honoríficos. Cuatro años más tarde, su amigo C.S. Lewis le propone para el Premio Nobel de Literatura, pero el jurado le excluye.

Alrededor de los 75 años es nombrado doctor honoris causa por distintas universidades, y dos años más tarde la reina Isabel II le condecora como Comendador de la Orden del Imperio Británico.


El adiós de Tolkien


Tumba de Tolkien

John Ronald Tolkien fallece el otoño de 1973, tiene 81 años. Su mujer le esperó en el otro lado tan solo 21 meses. Los cuerpos de ambos descansan en el cementerio de Wolvercote, en Oxford.


J.R.R. Tolkien en la actualidad


El cine ha propiciado que Tolkien esté más presente que nunca en este siglo XXI, incluso para quienes no conocían sus libros.

Peter Jackson traslada “El Señor de los Anillos” a la gran pantalla, entre los años 2001 y 2003. Entre 2012 y 2014, ocurrió lo mismo con “El Hobbit”. Ambos títulos se presentan como trilogías.


Películas de Tolkien


Y mientras tanto, quizá Tolkien esté en su Tierra Media del más allá, pendiente de la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad.  Vigilando el pulso inmortal entre Saruman y Gandalf. Rodeado de enanos, árboles vivos y elfos etéreos, tal vez se entristezca al comprobar que seguimos siendo incapaces de vivir en armonía con la naturaleza y se pregunte cuál de sus magos ganará la batalla final.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


4 comentarios:

  1. Beatriz, confieso que he leído muchísimo sobre Tolkien, pero casi siempre desde su obra o su método. Empecé de niño con El Silmarillion (sí, lo sé, un salto mortal para empezar) y seguí cronológicamente por El Hobbit y El Señor de los Anillos. Así que para mí, Tolkien es uno de los autores con quien he crecido —más como voz literaria que como persona.

    Por eso tu artículo me ha sorprendido tanto. No porque intente reinterpretar su obra, sino porque ilumina aspectos de su vida personal que, para muchos lectores, quedan en sombra. Por ejemplo, no tenía ni idea de cuánto influyó el catolicismo en su educación emocional, ni de su relación tan compleja con Lewis. Sabía de su amistad, de sus charlas y debates, pero no que esas diferencias ideológicas hubieran sido tan profundas. Ese tipo de detalles humanizan sin endulzar, y son un regalo para los que veníamos solo con la épica.

    También me ha gustado mucho cómo estructuras el artículo. Es claro, directo y va ganando ritmo a medida que avanzas. De hecho, hasta llegar a ese último párrafo, el texto es eminentemente biográfico, informativo, incluso académico en algunos tramos. Pero de pronto, como quien no quiere la cosa, te dejas llevar por la imagen poética de Tolkien en su Tierra Media del más allá, entre magos, enanos y árboles vivos. Y ahí, Beatriz, es donde conecto contigo de verdad como lectora. Porque ese cierre es un homenaje y un duelo al mismo tiempo, porque sí, esa dualidad, esa perversa batalla sigue estando en nuestro mundo.

    A nivel personal, me siento muy cerca de la parte más meticulosa de Tolkien: el escritor que perfeccionaba sus mundos hasta el último adjetivo, que dejaba montañas de textos inconclusos, y que necesitó que su editor le arrancara casi literalmente El Señor de los Anillos de las manos para poder publicarlo. Sabía de su obsesión por los mapas, por la fonética, por los idiomas inventados que no eran decorado sino estructura. Pero no sabía casi nada de su vida íntima. Y tu texto me la ha revelado con respeto y medida, sin dramatismos ni idealizaciones.

    Resumiendo, una lectura que me ha hecho aprender y también recordar mis inicios con su lectura. Las relecturas llegaron después, y muchas, junto con sus libros de cuentos y prácticamente todos sus textos. Muchas gracias por traerlo a tu página.

    Y sí, ya sé que me he pasado con la extensión, pero con que me respondas con un par de líneas de respuesta me basta, Beatriz. Es que hoy me has traído a un escritor muy especial para mí.

    ¡Un abrazo, compañera!

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    Respuestas
    1. Hola, Miguel. Me alegro que te haya gustado el arti y que hayas descubierto datos que desconocías. Tolkien tiene muchísimos seguidores, pero no sabía que tú eras uno de ellos.

      Qué valor empezar con el Silmarillion, lo raro es que no te lo dejaras al tercer capítulo. Eso ya te hizo entrar en el "club Tolkien" por la puerta grande.

      Cuando escribo sobre personajes, intento buscar la parte humana y si existen datos poco conocidos. A veces lo consigo y otras no, también depende mucho del personaje. Hay algunos con quienes te sentarías a tomarte un café y a charlar de lo divino y lo humano, con mucho gusto, y con la certeza de que seguro lo disfrutabas. Tolkien es uno de esos personajes para mí.

      Yo leí el Señor de los Anillos hace muchos años, y tengo pensado volver a sumergirme en ese mundo una vez termine la novela con la que estoy ahora mismo, tengo curiosidad por saber como lo percibiré actualmente.

      Sabes que los libros tienen la capacidad de influirnos de maneras muy distintas, según la etapa de la vida en la que nos encontremos. La edad, las vivencias y las circunstancias del momento, pueden cambiar por completo la forma en la que percibimos un mismo libro.

      Tengo que confesar que no he leído apenas libros de ciencia ficción o fantasía. En su día, a mi ex le gustaban mucho y me contagió un poco. Aparte del Señor de los Anillos, recuerdo especialmente "El juego de Ender", que me encantó y creo que luego se hizo una película también.

      Bueno, Miguel, no he podido responderte con un par de líneas. Buenas noches :-)

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  2. Hola, Beatriz, me encanta la literatura fantástica, la fantasía, los elfos, gnomos y demás personajes maravillosos, pero no he sido capaz de leerme El señor de los anillos, lo empecé y lo dejé, me aburría soberanamente. Después leí El hobbit y, bueno, lo terminé, pero tampoco es para tirar cohetes. No sé por qué no me enganchó la verdad.
    Buen artículo.
    Un abrazo. :)

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    Respuestas
    1. Hola, Merche. Bueno, eso va a gustos, como todo en la vida. Tampoco es una obligación que te tenga que gustar, porque le guste a mucha gente. A mí hay cantidad de libros que han sido Best Seller y que me han resultado intragables.

      Gracias por pasarte por aquí y comentar.
      Un abrazo!!

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