domingo, 16 de diciembre de 2018

El Antiguo Egipto de Nefertiti

La tumba donde descansa el cuerpo de Nefertiti sigue siendo un misterio en pleno siglo XXI, a pesar de que muchos egiptólogos siguen pensando que fue enterrada en el Valle de los Reyes. Esta mujer misteriosa, inteligente y hermosa a partes iguales, fue capaz de atesorar un poder solo comparable al que ejercían los faraones.

El Cairo es la capital de Egipto y su ciudad más importante. Su fundación se remonta al año 116 a.C., pero no se convierte en capital del país hasta 1952. Su nombre se debe al califato fatimí, que controló el norte de África desde el 909 al 1171 y que llamó a la ciudad  Al-Qahira.

Nefertiti

Los egipcios adoraban a varios dioses, pero el principal, el que prevalecía por encima de los demás, era el gran Amón-Ra. Su importancia traspasó fronteras, llegando a Roma como Júpiter o a Grecia como Zeus.

Los sacerdotes adquirieron cada vez más poder y llegó un momento en que estaban prácticamente a la misma altura que el faraón. Las riquezas y el poder se vieron acompañados por la corrupción, que acabó impregnando la casta sacerdotal de un modo casi absoluto.

Amenophis III


Amenophis III fue uno de los hombres más poderosos de Egipto, IX faraón de la dinastía XVIII, comenzó su reinado con tan solo doce años y lo convirtió en una de las épocas más prosperas del antiguo Egipto. Une su vida a la reina Tiy, con la que tiene tres hijos, entre ellos Akenatón. Este faraón reina durante 37 años.

Nefertiti y Akenatón


Nefertiti pertenece a una familia de clase alta, por lo que se relaciona con los nobles de la época, incluso con la familia real. Es una mujer de gran belleza y en esa época se pensaba que ese era un favor que otorgaban los dioses a las personas elegidas, por lo que la belleza se convertía casi en un signo de divinidad.

Nefertiti y Akenatón con dos de sus hijas en brazos
Nefertiti y Akenatón con dos de sus hijas en brazos

La reina Tiy detentó mucho poder en Egipto, se piensa que tanto como el rey. Se barajan varias hipótesis en cuanto a su relación con Nefertiti, una de ellas es que fuese hermana de su padre, es decir, tía suya; otra es que Nefertiti hubiese crecido en palacio, al perder a su madre siendo una niña de corta edad, en relación estrecha con los hijos de los reyes. Entre ellos se encontraría Akenatón, con quien es prometida a edad muy temprana. Akenatón no es el príncipe heredero, pero la muerte de su hermano le empuja a un nuevo destino, el de regir los caminos de Egipto.

Akenatón y Nefertiti unen sus vidas siendo apenas adolescentes y poco tiempo después Akenatón se convierte en faraón, cambiando el rumbo de Egipto. Estos dos jóvenes, con todo el poder en las manos, decidieron que las tradiciones debían dejar paso a otra visión del mundo y de la religión, lo que les granjeó numerosos enemigos, entre ellos la casta sacerdotal casi al completo, a la que arrebataron gran parte de su riqueza y privilegios.

En busca de otro dios


Los jóvenes reyes le dan la vuelta a todo, dejan de lado a los dioses que hasta ese momento habían reinado en Egipto y con un atrevimiento sin límites, deciden que tan solo existe un dios: Atón, el dios Sol. A continuación, se marchan de Karnak y crean una nueva capital, Ajetatón, en la actual Amarna. Allí forman su hogar y tienen 6 hijas, todas niñas, lo que deja el trono sin un heredero.

Tutankamon, el hijo de Akenatón


El hijo varón no llega para Nefertiti y su marido acaba teniendo relaciones con su hermana, algo usual en aquellos años, que sí le da un heredero: Tutankamon. El pequeño pierde a su madre muy pronto y Nefertiti lo acoge y crece junto a sus cinco hijas. Anjesenpaatón, la tercera de ellas, es prometida con Tutankamon. De algún modo, la historia de Nefertiti se volvía a repetir de nuevo con el hijo de Akenatón.

La extraña desaparición de Nefertiti


La última aparición de la reina Nefertiti es en el año 14 del reinado de Akenatón, a partir de ahí su pista se pierde totalmente. No se sabe si fallece de manera repentina o alguna otra causa hace que se pierda su rastro. Tampoco se conoce su edad exacta, aunque se cree que podría rondar los 35 años.

Busto de Nefertiti en el Neues Museum, Berlín.
              Busto de Nefertiti en el Neues Museum (Berlín)

Sin embargo, cuando parece que esta extraordinaria mujer ha finalizado su andadura por la historia, se localiza una estela en Amarna con inscripciones que indican, o al menos es lo que opinan distintos investigadores, que Nefertiti no falleció en la fecha indicada, sino que asumió todavía más poder, convirtiéndose en corregente de Akenatón y compartiendo su reinado como un igual, bajo el nombre de Neferneferuatón.

Este reinado conjunto duraría cinco años, hasta la muerte de Akenatón, que trajo tras de sí una gran revuelta, estallando todo el descontento que el faraón había provocado con sus radicales cambios. La ciudad es abandonada y las tradiciones vuelven a ocupar su lugar. No se sabe cuál fue el destino de Nefertiti, pero sin lugar a dudas, esta hermosa mujer tuvo en sus manos un enorme poder y supo reinventarse a sí misma una y otra vez.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


2 comentarios:

  1. Muy interesante la vida de esta mujer faraón, fuerte y segura de sí misma donde las haya. Lo que más me llama la atención de ella es que no se rindió a pesar de las andaduras de la vida. Bonitas fotos de esculturas de Nefertiti.

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    1. Una mujer interesante, sin duda. Muchas gracias por tu comentario. Saludos!!

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