lunes, 2 de septiembre de 2024

Carlos I de España y V de Alemania: el emperador que unió dos mundos

En el agitado siglo XVI, pocos monarcas dejaron una huella tan profunda como Carlos I de España y V de Alemania. Nace el 24 de febrero del año 1500, y hereda un inmenso imperio que le llevará a enfrentar enormes desafios. Sin duda, su reinado fue determinante para la historia de Europa.

Carlos I nace en la ciudad belga de Gante. Es hijo de Juana de Castilla, tristemente conocida como Juana la Loca, y de Felipe de Habsburgo, conocido como Felipe el Hermoso; y nieto de los Reyes Católicos, por parte de madre; y de Maximiliano I y María de Borgoña, por parte de padre.

De sus abuelos maternos, Isabel y Fernando, hereda las coronas de Aragón y Castilla, y los territorios en Italia, América y el norte de África. De sus abuelos paternos, Austria, Luxemburgo, Países Bajos y el Franco Condado, así como el título de emperador.

Carlos I

Carlos vive hasta los 17 años en los Países Bajos, bajo la supervisión de su tía, Margarita de Austria, con quien crea grandes lazos de cariño que se mantendrán toda la vida. También el rector de la ciudad belga de Lovaina, Adriano de Utrecht, que con el tiempo será coronado Papa con el nombre de Adriano VI, es fundamental en su educación.

El fallecimiento de su abuelo, Fernando el Católico, le obliga a viajar a España y en 1918 es coronado rey. El recibimiento no es bueno. Carlos no habla español, y el pueblo le ve como un extranjero que no conoce sus deseos ni sus problemas.

Un años más tarde, muere su abuelo Maximiliano I, y en 1520 es proclamado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.


La niñez de Carlos I


Carlos tuvo un nacimiento poco convencional. Juana, su madre, en su afán de no dejar solo a Felipe, su marido, porque conocía de sobra su fama de mujeriego, quiso acudir a una fiesta con él, a pesar de lo avanzado de su embarazo y de todas las voces que le habían aconsejado que no era momento de acudir a fiestas en su estado, ya que debía guardar reposo.

Juana hace caso omiso de todos los consejos y aparece en la fiesta con su marido, ante la sorpresa de todos los presentes. Mientras baila con Felipe, siente unos dolores en el vientre y acude a las letrinas del palacio, donde se encuentra con la sorpresa de que está a punto de dar a luz. El jolgorio del momento hace que nadie se entere de lo que le está sucediendo, y trae a su hijo al mundo sola y sin ayuda de nadie.

Bebé

Afortunadamente, el niño está sano y lo bautizan con el nombre de Carlos en honor a su bisabuelo Carlos I de Borgoña, llamado el Audaz o el Temerario.

Antes de cumplir un año, Carlos ya es Caballero de la Orden de Borgoña y duque de Luxemburgo.

En el año 1506, Juana y Felipe parten hacia España para ser coronados reyes de Castilla. Carlos quedará al cuidado de su tía, Margarita de Austria. Pocos meses después, Felipe fallece de un modo repentino y con tan solo 28 años de edad. Juana, su esposa, incapaz de asumirlo y gestionar la desgracia, es presa de crisis nerviosas que propician que acabe recluida en Tordesillas por orden de su padre, Fernando el Católico, que asegura que su hija es presa de la locura. Carlos ya no se separará de Margarita de Austria, que será como una madre para él. Crece al lado de su tía y de su abuelo, Maximiliano I, rodeado de cariño y recibiendo una exquisita educación.


El rey Carlos I


En enero de 1516, muere Fernando el Católico y Carlos, acompañado de su hermana Leonor, parte hacia su destino, los reinos de Aragón y Castilla.

Lo primero que hacen al llegar, es ir a visitar a su madre en Tordesillas. Juana siente una gran alegría al ver a sus hijos, pero Carlos y Leonor se entristecen al ver a su hermana Catalina viviendo en ese encierro prácticamente desde su nacimiento. Deciden sacarla a escondidas de su madre, para que la niña pueda llevar una vida normal, pero cuando Juana se entera sufre una crisis nerviosa y se niega a comer hasta que no le devuelvan a su hija. Su soledad ya era enorme, pero estar sin su pequeña Catalina se le hacia insoportable. Cuando Carlos se entera de la reacción de su madre, decide que la niña regrese de nuevo junto a ella.

Llega el momento de ser coronado rey de Aragón y Castilla, y Carlos une los dos reinos. En ese viaje conoce a Germana de Foix, la segunda mujer de su abuelo, Fernando el Católico. La atracción surge entre ellos de inmediato, a pesar de que Germana tiene doce años más que Carlos. De esa relación nace una niña, a la que llaman Isabel y que pasará toda su vida en un convento.

Carlos V de Alemania


El abuelo de Carlos, Maximiliano I, fallece sin dejar como heredero a su nieto, por lo que distintas casas reales presentan su candidatura. Su tía, Margarita de Austria, contacta con los príncipes electores y les convence. Carlos es elegido en junio de 1519 nuevo emperador, y es coronado en octubre de 1520, convirtiéndose en Carlos V de Alemania. El siguiente año ya comenzaron sus contiendas con Francia y con los protestantes, que serán dos de sus mayores enemigos durante todo su reinado, junto con los turcos.

El pueblo de Castilla tampoco está contento con el nuevo rey, pues piensan que se preocupa más de sus otros dominios europeos, y que la subida de impuestos es excesiva. Las quejas caen en saco roto y Carlos parte hacia Alemania sin prestarles atención.

El campesinado, la nobleza y la burguesía, conocidos como los comuneros, hartos de lo que consideran una falta de respeto al pueblo, se unen para enfrentarse a la corona. Después de deliberar entre ellos, llegan a la conclusión de que deben visitar a la reina y convencerla de que se alce como única gobernante. Pero Juana se niega, no quiere gobernar y mucho menos enfrentarse a su hijo.

Carlos I de España y V de Alemania

En la primavera de 1521, los comuneros acaban derrotados en la batalla de Villalar. Sus líderes, Juan Bravo, Francisco Maldonado y Juan de Padilla, son ejecutados.

Carlos está enredado en su eterno enfrentamiento con Francia y nombra a su hermano Fernando lugarteniente del imperio germánico, convencido de que no puede él solo prestar atención a todos los frentes que tiene abiertos.

En el verano de 1522, Carlos regresa a tierras españolas y establece su corte en Valladolid. Visita a su madre en Tordesillas y decide que su hermana Catalina se despose con Juan III, el rey de Portugal.

Isabel de Portugal y Carlos I


En marzo de 1523, Carlos se casa con su prima Isabel de Portugal, en el Real Alcázar de Sevilla. Lo que en principio iba a ser un matrimonio por interés, se convierte en una unión por amor. Carlos se enamora de Isabel, y le será fiel durante todo su matrimonio, hecho ciertamente singular en aquella época y en un hombre de la realeza.

Cuando viaja, que es muy a menudo, deja en manos de su mujer todos los asuntos. Carlos está acostumbrado a confiar en las mujeres, y no tiene problemas en aceptar su valía, ya que ha crecido con su tía, Margarita de Austria, y con sus cuatro hermanas.

1529 es un año importante para él, pues presenta ante las Cortes a su hijo Felipe, para que sea reconocido como Príncipe de Asturias. Poco tiempo después, Luisa de Saboya y Margarita de Austria, firman el Tratado de las Damas, poniendo fin, momentaneamente, al interminable enfrentamiento con Francia.

Carlos I de España y V de Alemania

Sin embargo, solo un año más tarde, fallece Margarita de Austria, sumiendo en el dolor a Carlos, pues él siente que ha perdido a su madre. Su hermana María, ocupa su lugar como gobernadora de los Países Bajos.

Son años de guerras y de desgracias para Carlos. Se enreda de nuevo en conflictos con Francia, de los que no consigue salir vencedor. En 1537, su hermana María le convence para que firme las paz con Francisco I, pero no duraría mucho, ya que Francia vuelve a atacarle y todo empieza de nuevo. A eso se unen los conflictos entre católicos y protestantes, y las guerras con los turcos, en la figura de Solimán el Magnífico.

Pero el suceso que realmente incrusta su terrible aguijón en el corazón de Carlos, es la muerte de su esposa Isabel en 1539. Después de doce años de matrimonio, pierde de repente su amor y su apoyo. Le fue fiel todo el tiempo y las aventuras que se le conocen, son de antes de su enlace o de después de su fallecimiento. Con ella tuvo cinco hijos, pero solo sobrevivieron tres: Felipe, María y Juana.

De sus aventuras también tuvo descendencia, cobrando un especial protagonismo Margarita de Parma, que fue educada por su tía Margarita de Austria; y el conocido Juan de Austria.

La última etapa de Carlos I


Carlos está cansado de tantas guerras y problemas, reconoce su incapacidad para conseguir un acuerdo entre católicos y protestantes, por lo que en 1555 firma la paz de Habsburgo y da libertad a los alemanes para que elijan la religión que deseen.

Quiere regresar a España, pero antes decide abdicar y deja a su hermano Fernando, el Imperio Sacro Romano Germánico; y a su hijo Felipe, España, las colonias americanas y los territorios italianos.

Dormitorio de Carlos I en el Monasterio de Yuste
Dormitorio de Carlos I en el Monasterio de Yuste

En el otoño de 1556, pone rumbo a España y en febrero de 1557 se refugia en su palacete, cercano al monasterio de Yuste. Su deseo es descansar y olvidar problemas, pero en los siguientes años, las derrotas militares de su hijo Felipe y la muerte de su hermana Leonor, le mantienen preocupado y apenado, hasta el punto de afectarle a la salud. Intenta evadirse con sus libros de caballerías y, sobre todo, con el de su admirado Julio César, el titulado Los comentarios de Julio César, libro que lo acompañó siempre en sus viajes.

En el verano de 1558, Carlos enferma de paludismo por la picadura de un mosquito. Su estado empeora rápidamente y las altas fiebres le mantienen delirando, hasta que fallece el 21 de septiembre. Tiene 58 años. Su cuerpo sin vida descansa en el Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


Para saber más
Carlos V: El César y el hombre - Manuel Fernández Álvarez (Ed. Espasa)
Las hijas de Carlos V - Magdalena Velasco Kindelan (Ed. La Esfera de los Libros)




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