Pocas figuras del antiguo Egipto han despertado tanta fascinación como Nefertiti, la poderosa y enigmática reina que gobernó junto a Akenatón durante uno de los períodos más revolucionarios de la historia faraónica. Su nombre, que significa "la bella ha llegado", no solo evoca su legendaria hermosura, sino también su influencia política, religiosa y cultural en una época de profundos cambios.
La tumba donde descansa el cuerpo de Nefertiti sigue siendo un misterio en pleno siglo XXI, a pesar de que muchos egiptólogos siguen pensando que fue enterrada en el Valle de los Reyes. Esta mujer misteriosa, inteligente y hermosa a partes iguales, fue capaz de atesorar un poder solo comparable al que ejercían los faraones.
El Cairo
es la capital de Egipto y su ciudad más importante. Su fundación se remonta al
año 116 a.C., pero no se convierte en capital del país hasta 1952. Su nombre se
debe al califato fatimí, que controló el norte de África desde el 909 al 1171 y
que llamó a la ciudad Al-Qahira.
Los
egipcios adoraban a varios dioses, pero el principal, el que prevalecía por
encima de los demás, era el gran Amón-Ra. Su importancia traspasó fronteras,
llegando a Roma como Júpiter o a Grecia como Zeus.
Los
sacerdotes adquirieron cada vez más poder y llegó un momento en que estaban
prácticamente a la misma altura que el faraón. Las riquezas y el poder se
vieron acompañados por la corrupción, que acabó impregnando la casta sacerdotal
de un modo casi absoluto.
Amenophis III
Amenophis
III fue uno de los hombres más poderosos de Egipto, IX faraón de la dinastía
XVIII, comenzó su reinado con tan solo doce años y lo convirtió en una de las
épocas más prosperas del antiguo Egipto. Une su vida a la reina Tiy, con la que
tiene tres hijos, entre ellos Akenatón. Este faraón reina durante 37 años.
Nefertiti y Akenatón
Nefertiti
pertenece a una familia de clase alta, por lo que se relaciona con los nobles
de la época, incluso con la familia real. Es una mujer de gran belleza y en esa
época se pensaba que ese era un favor que otorgaban los dioses a las personas
elegidas, por lo que la belleza se convertía casi en un signo de divinidad.
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Nefertiti y Akenatón con dos de sus hijas en brazos |
La reina
Tiy detentó mucho poder en Egipto, se piensa que tanto como el rey. Se barajan
varias hipótesis en cuanto a su relación con Nefertiti, una de ellas es que
fuese hermana de su padre, es decir, tía suya; otra es que Nefertiti hubiese
crecido en palacio, al perder a su madre siendo una niña de corta edad, en
relación estrecha con los hijos de los reyes. Entre ellos se encontraría
Akenatón, con quien es prometida a edad muy temprana. Akenatón no es el
príncipe heredero, pero la muerte de su hermano le empuja a un nuevo destino,
el de regir los caminos de Egipto.
Akenatón
y Nefertiti unen sus vidas siendo apenas adolescentes y poco tiempo después
Akenatón se convierte en faraón, cambiando el rumbo de Egipto. Estos dos jóvenes, con todo el poder en las manos,
decidieron que las tradiciones debían dejar paso a otra visión del mundo y de
la religión, lo que les granjeó numerosos enemigos, entre ellos la casta
sacerdotal casi al completo, a la que arrebataron gran parte de su riqueza y
privilegios.
En busca de otro dios
Los
jóvenes reyes le dan la vuelta a todo, dejan de lado a los dioses que hasta ese
momento habían reinado en Egipto y con un atrevimiento sin límites, deciden que
tan solo existe un dios: Atón, el dios Sol. A continuación, se marchan de
Karnak y crean una nueva capital, Ajetatón, en la actual Amarna. Allí forman su
hogar y tienen 6 hijas, todas niñas, lo que deja el trono sin un heredero.
Tutankamon, el hijo de Akenatón
El hijo
varón no llega para Nefertiti y su marido acaba teniendo relaciones con su
hermana, algo usual en aquellos años, que sí le da un heredero: Tutankamon. El
pequeño pierde a su madre muy pronto y Nefertiti lo acoge y crece junto a sus
cinco hijas. Anjesenpaatón, la tercera de ellas, es prometida con Tutankamon.
De algún modo, la historia de Nefertiti se volvía a repetir de nuevo con el
hijo de Akenatón.
La extraña desaparición de Nefertiti
La
última aparición de la reina Nefertiti es en el año 14 del reinado de Akenatón,
a partir de ahí su pista se pierde totalmente. No se sabe si fallece de manera
repentina o alguna otra causa hace que se pierda su rastro. Tampoco se conoce
su edad exacta, aunque se cree que podría rondar los 35 años.
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Busto de Nefertiti en el Neues Museum (Berlín) |
Sin
embargo, cuando parece que esta extraordinaria mujer ha finalizado su andadura
por la historia, se localiza una estela en Amarna con inscripciones que indican,
o al menos es lo que opinan distintos investigadores, que Nefertiti no falleció
en la fecha indicada, sino que asumió todavía más poder, convirtiéndose en
corregente de Akenatón y compartiendo su reinado como un igual, bajo el nombre
de Neferneferuatón.
Este reinado conjunto
duraría cinco años, hasta la muerte de Akenatón, que trajo tras de sí una gran
revuelta, estallando todo el descontento que el faraón había provocado con sus
radicales cambios. La ciudad es abandonada y las tradiciones vuelven a ocupar
su lugar. No se sabe cuál fue el destino de Nefertiti, pero sin lugar a dudas,
esta hermosa mujer tuvo en sus manos un enorme poder y supo reinventarse a sí
misma una y otra vez.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
Muy interesante la vida de esta mujer faraón, fuerte y segura de sí misma donde las haya. Lo que más me llama la atención de ella es que no se rindió a pesar de las andaduras de la vida. Bonitas fotos de esculturas de Nefertiti.
ResponderEliminarUna mujer interesante, sin duda. Muchas gracias por tu comentario. Saludos!!
Eliminar¡Buenas, Beatriz!
ResponderEliminarQué capacidad tienes para coger un período histórico tan denso y convertirlo en un relato que se sigue con una claridad total. De verdad, se agradece mucho la forma en que lo estructuras para que no nos perdamos.
Más allá de todos los datos, que son fascinantes, me quedo pensando sobre todo en el tramo final, en el gran misterio de su desaparición. La hipótesis de que Nefertiti no murió, sino que se transformó en corregente bajo otro nombre (Neferneferuatón), le da una dimensión increíble a la persona.
Ya no es solo la reina de belleza legendaria, sino una estratega que supo reinventarse para no ser borrada del mapa político en un momento de crisis absoluta. Esa idea de la reinvención como arma de poder es lo que más me ha resonado de todo lo que cuentas.
Un trabajo de síntesis y narración excelente. Enhorabuena por este viaje al Antiguo Egipto.
¡Un fuerte abrazo, compañera!
Hola, Miguel. Me alegra mucho que hayas disfrutado del artículo. Esa última parte, la del misterio y la posible transformación en Neferneferuatón, a mí también me tiene completamente fascinada. Es como si, justo cuando creemos que la historia se apaga, ella encontrara la forma de reescribirla.
EliminarMe encanta cómo lo has expresado: la reinvención como arma de poder. Y además, siendo una mujer en un mundo masculino, para mí tiene mucha más importancia.
Qué necesario seguir rescatando esas figuras que, más allá del mito, fueron tan importantes en momentos clave de la historia.
Gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar. Un abrazo enorme🏺🤗
Hola Beatriz, me encanta todo lo relacionado con Egipto, es una cultura maravillosa y enigmática. Muy interesante todo lo que nos cuentas de Nefertiti, además de bella, era inteligente. Ambos incluso cambiaron el arte en Egipto. al menos durante el periódo en el que ellos gobernaron, habiendo más libertad de expresión artística. Después, como bien mencionas, todo regresó a como era antes y ese sueño que tuvieron ambos quedó olvidado en el desierto, en Amarna. Me gustan mucho tus artículos. Abrazo fuerte.
ResponderEliminarHola, Ana. Muchas gracias por pasarte y dejar tu comentario. Egipto tiene algo que atrapa, una mezcla de misterio, belleza y sabiduría que nos sigue deslumbrando miles de años después.
EliminarLas figuras de Nefertiti y Akenatón siempre me han parecido fascinantes. Rompieron moldes, desafiaron tradiciones y enfrentaron a una sociedad entera, especialmente a la poderosa casta sacerdotal. Su propuesta fue tan revolucionaria que, aunque efímera, dejó una huella imborrable en el arte y la historia.
Lo que ocurrió después, el intento de borrar su legado y el regreso al orden tradicional, también nos recuerda lo difícil que resulta transformar creencias tan arraigadas. Ese miedo al cambio sigue muy presente incluso hoy.
Un abrazo fuerte de vuelta 🤗
Hola Beatriz, me gusta mucho leer tus entradas y recrear lo ya sabido, verlo desde otro ángulo y aprender todo lo que no se sabía. Eres clara en la narración y vas llevando de la mano al lector para que no se pierda. Abrazo bien grande Themis
ResponderEliminarHola, Themis. Mil gracias por tomarte el tiempo de leer y compartir tus impresiones. Me alegro que te guste este viaje por la historia, siempre es bueno mirar el pasado con ojos nuevos y curiosos.
EliminarUn abrazo grande de vuelta.