lunes, 11 de julio de 2016

Felipe II: el rey prudente

Al igual que su padre, Felipe II fue el rey más poderoso de su época. Seguidor a ultranza de la fe católica, durante su mandato asumió la defensa de la religión como un deber insoslayable, luchando con todas sus fuerzas contra la expansión de la Reforma protestante en Europa, auspiciada por Martin Lutero. Reina en España desde el año 1556 al 1598.

El Escorial


Hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal, bajo sus órdenes se construyó el Monasterio de El Escorial, originalmente para que allí descansasen los cuerpos de la familia real tras su fallecimiento. Una comunidad de monjes jerónimos fueron los encargados de ocuparse del mantenimiento y la administración del edificio. Durante tres siglos permanecieron en él, hasta la desamortización de Mendizábal.


El Escorial

A medida que El Escorial va adquiriendo mayores dimensiones, también se convierte en residencia real, centro de estudios, hospital, acoge a peregrinos y visitantes como hospedería y es centro cultural.

Preparando a un rey


Felipe II, conocido también como el rey prudente, era un hombre muy culto y preparado para gobernar desde su infancia. Pensaba mucho las cosas antes de actuar e intentaba informarse de todos los pros y los contras. Dominaba el latín, pero además sabía francés e italiano, y poseía una biblioteca extraordinaria. También había sido preparado en el aspecto militar, político y diplomático. Su padre le dejaba como regente durante sus viajes desde muy temprana edad.


Felipe II

Con tan solo once años pierde a su madre, lo que imprime a su carácter un fondo de tristeza que le acompañará ya toda su vida.

Los matrimonios de Felipe II


Su vida transcurre con rapidez, es tan solo un adolescente de quince años cuando forma parte de la defensa de Perpiñán. Un año más tarde contrae matrimonio con su prima hermana la infanta María Manuela de Portugal, que fallece en 1545, dejando a Felipe viudo con 18 años. De esa unión nacerá el futuro Carlos de Austria, que siempre llevó a cuestas una salud delicada.

En el verano de 1554 se casa con María I de Inglaterra, conocida como María Tudor, y se convierte así en rey consorte de Inglaterra. De este matrimonio no tendrá descendencia.


Felipe II y María Tudor
Felipe II y María Tudor

Su tercera esposa es Isabel de Valois, una enamorada del arte que le instó a tomar bajo su protección a la pintora Sofonisba Anguissola. De este enlace nacerán dos hijas.

Y su cuarta esposa será la archiduquesa Ana de Austria, con la que tuvo una niña y cuatro niños.


Haciendo política


Felipe II tiene una manera distinta de actuar que su padre, Carlos V, y actualiza la monarquía adaptándola a los nuevos tiempos. Sin embargo, no controla bien las finanzas, el coste que conllevan las contiendas militares deja en muy mala situación la Hacienda Real, hasta el punto de que el rey se ve obligado a declarar la ruina de la monarquía en los años 1560, 1575 y 1596.


Dominios europeos y norteafricanos de Felipe II hacia 1580
Dominios europeos y norteafricanos de Felipe II hacia 1580

En política exterior una de sus principales preocupaciones es detener la influencia islámica encarnada en el Imperio Otomano, siendo como es un hombre profundamente creyente en la fe católica. Para ello crea la Liga Santa, compuesta por distintos Estados, como Génova, Venecia y el Papado.

En el año 1580 se produce la unión del reino de Portugal a España. El monarca invade el país y se convierte en Felipe I de Portugal, dejándolo en manos de un virrey, Fernando Álvarez de Toledo, quien se encargará de gobernar y dirigir el país en nombre de la corona española. Esta es una época de gran expansión para España.

El deseo de conquistar China


Pero la ambición del monarca no se detiene en Europa y América, también viaja a Filipinas y a China.

Felipe II es dueño de un vasto territorio, un imperio donde nunca se pone el sol. Controla distintas zonas de Europa, Asia, África y América. Es uno de los reyes más poderosos del siglo XVI. Y también puso sus ojos en Oriente, especialmente en China.

En esa época, de un país como China se desconocía casi todo. Se la denominaba el Reino de Catay, pero ni los geógrafos ni los políticos sabían lo que se ocultaba en ese impenetrable país. Tan solo intuían que allí les podían aguardar inmensas riquezas.

Para los españoles, los chinos eran seres extraños que vestían prendas vaporosas confeccionadas con seda, que aquí era algo desconocido. Pero para los orientales, nosotros también éramos individuos singulares y nos llamaban “ojos de gato”, por el gran tamaño de nuestros ojos en comparación con los suyos. Más allá de eso, también lo desconocían todo de España.


Felipe II

La información que llegaba a nuestro país de China, era por los viajeros que ya habían llegado allí, Marco Polo y algunos jesuitas, que para atravesar las fronteras del país oriental tenían que hacerse pasar por monjes budistas.

A Felipe II le seducía la idea de conquistar aquel enigmático país, pero fue una hazaña que no pudo realizarse, en parte por el desconocimiento inmenso que de él se tenía en esta parte del mundo.

Felipe II fallece en septiembre de 1598, en el Monasterio de El Escorial, donde descansa su cuerpo. Tenía 71 años.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados


8 comentarios:

  1. Hola, Beatriz, sería el rey "prudente", pero soñaba con empresas demasiado grandes, El Escorial lo consiguió, pero conquistar China, no sé yo. Buen artículo.
    Un abrazo. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Merche. Muchas gracias por tu comentario y por tomarte el tiempo de leer el artículo. Desde luego, Felipe II tenía ambición y pensaba a lo grande, el Escorial es buena prueba de ello. Pero lo de China, ya fue demasiado hasta para él. Un abrazo 🤗

      Eliminar
  2. Tu escrito es como un viaje en el tiempo que nos sumerge en la vida de un rey complejo, poderoso y profundamente humano, con sus luces y sombras. Me ha encantado cómo logras equilibrar los datos históricos con pinceladas personales que hacen que Felipe II no sea solo una figura lejana, sino alguien con ambiciones, pérdidas y contradicciones. Como lector, siento que he paseado por los corredores de El Escorial y espiado los pensamientos de un monarca que marcó una era.
    Fue un hombre de fe inquebrantable, pero también un estratega que carga con el peso de un imperio.
    La preparación de Felipe como rey es otro apartado que me pareció súper interesante. Que dominara latín, francés e italiano, y que tuviera una biblioteca extraordinaria, pinta a un hombre culto y meticuloso, digno de su apodo de “prudente”. Pero lo que más me gustó fue el contraste entre esa preparación y los errores que comete, como su mala gestión de las finanzas. Declarar la ruina de la monarquía tres veces es un detalle que lo hace más humano, porque incluso un rey tan poderoso no era infalible.
    Los matrimonios de Felipe II son un culebrón histórico en toda regla, y me encantó cómo los presentas. Estos detalles personales hacen que Felipe II no sea solo un rey en un trono, sino un hombre atrapado entre el deber y las pérdidas.
    En cuanto a su política, el texto brilla al mostrar su ambición desmedida. La creación de la Liga Santa y la unión con Portugal son hitos que reflejan su poder, pero también su obsesión por defender el catolicismo a toda costa. La idea de que quisiera conquistar un país tan misterioso como el “Reino de Catay”, basado en rumores de viajeros como Marco Polo, es fascinante. Que no lograra conquistar China, pero que lo intentara, dice mucho de su ambición desbordante.
    El cierre, con su muerte en El Escorial a los 71 años, es sobrio pero poderoso. Me gusta que termines ahí, en el lugar que él mismo mandó construir, como si su vida y su legado se cerraran en un círculo.
    Te felicito por tan buen trabajo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marcos. Gracias por pasarte por aquí y comentar. Felipe II es, sin duda, una figura importantísima de la historia. Un hombre complejo, con sus luces y sus sombras, como tú dices, pero fascinante también.

      Muchas de estos personajes históricos que han tenido tantísimo poder, también son frecuentemente personas que han estado muy solas.

      Y sí, era muy ambicioso, pero imagino que siendo el hombre más poderoso de su tiempo, era también normal que quisiera abarcar más y más. Pero China se le escapó, fue un mundo extraño al que no pudo acceder.

      Un abrazo 🙂

      Eliminar
  3. Hola Beatriz, para ser prudente apuntaba alto.
    Un abrazo, bue artículo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Dakota. Sí, apuntaba alto, pero China era otro mundo y no estaba a su alcance, por mucho poder que tuviera.

      Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo 🤗

      Eliminar
  4. Que emocionante tu artículo Beatriz!!
    Me encanta este rey. He visto su casa, su biblioteca, su tumba y hasta la cama donde murió. El Escorial es fascinante y esconde..muchos secretillos alquimistas y paranormales que seguro que te gustan. Tengo que volver...
    Lo he disfrutado muchísimo este.
    Ah y que quería conquistar China no tenía ni idea. A pesar del poderío que tenía...yo creo que esto mas bien se debió a algún brebaje alquímico que se bebería que no?..a saber...
    Un abrazo real!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Buenos días, Finil!

      Me encanta que hayas disfrutado el artículo. Yo estuve hace muchos años en El Escorial, pero no pude recorrer todo el edificio porque algunas partes estaban en obras 🏗️. Así que, como tú, tengo pendiente volver. Es un lugar con un aura única, pero claro… ¡Felipe II era un auténtico apasionado de lo oculto y lo esotérico! 🔮

      Y lo de China… más que efecto de un brebaje alquímico, yo creo que fue la ambición desbordante de alguien que se sabía el hombre más poderoso de su época. Esa clase de poder, sin duda, tiene que dejar huella.

      ¡Un abrazo regio! 👑🤗

      Eliminar

No te preocupes si no ves tu comentario publicado de forma inmediata, está "Pendiente de moderación". Gracias por comentar.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...