Al igual que su padre, Felipe II fue el rey más
poderoso de su época. Seguidor a ultranza de la fe católica, durante su mandato
asumió la defensa de la religión como un deber insoslayable, luchando con todas
sus fuerzas contra la expansión de la Reforma protestante en Europa, auspiciada
por Martin Lutero. Reina en España desde el año 1556 al 1598.
El Escorial
A medida que El Escorial va adquiriendo mayores
dimensiones, también se convierte en residencia real, centro de estudios,
hospital, acoge a peregrinos y visitantes como hospedería y es centro cultural.
Preparando a un rey
Felipe II, conocido también como el rey
prudente, era un hombre muy culto y preparado para gobernar desde su infancia. Pensaba
mucho las cosas antes de actuar e intentaba informarse de todos los pros y los
contras. Dominaba el latín, pero además sabía francés e italiano, y poseía una
biblioteca extraordinaria. También había sido preparado en el aspecto militar,
político y diplomático. Su padre le dejaba como regente durante sus viajes
desde muy temprana edad.
Con tan solo once años pierde a su madre, lo
que imprime a su carácter un fondo de tristeza que le acompañará ya toda su
vida.
Los matrimonios de Felipe II
Su vida transcurre con rapidez, es tan solo un
adolescente de quince años cuando forma parte de la defensa de Perpiñán. Un año
más tarde contrae matrimonio con su prima hermana la infanta María Manuela de
Portugal, que fallece en 1545, dejando a Felipe viudo con 18 años. De esa
unión nacerá el futuro Carlos de Austria, que siempre llevó a cuestas una salud
delicada.
En el verano de 1554 se casa con María I de
Inglaterra, conocida como María Tudor, y se convierte así en rey consorte de
Inglaterra. De este matrimonio no tendrá descendencia.
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Felipe II y María Tudor |
Su tercera esposa es Isabel de Valois, una
enamorada del arte que le instó a tomar bajo su protección a la pintora
Sofonisba Anguissola. De este enlace nacerán dos hijas.
Y su cuarta esposa será la archiduquesa Ana de
Austria, con la que tuvo una niña y cuatro niños.
Haciendo política
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Dominios europeos y norteafricanos de Felipe II hacia 1580 |
En política exterior una de sus principales preocupaciones
es detener la influencia islámica encarnada en el Imperio Otomano, siendo como
es un hombre profundamente creyente en la fe católica. Para ello crea la Liga
Santa, compuesta por distintos
Estados, como Génova, Venecia y el Papado.
En el año 1580 se produce la unión del reino de
Portugal a España. El monarca invade el país y se convierte en Felipe I de
Portugal, dejándolo en manos de un virrey, Fernando Álvarez de Toledo, quien se
encargará de gobernar y dirigir el país en nombre de la corona española. Esta
es una época de gran expansión para España.
El deseo de conquistar China
Pero la ambición del monarca no se detiene en
Europa y América, también viaja a Filipinas y a China.
Felipe II es dueño de un vasto territorio, un
imperio donde nunca se pone el sol. Controla distintas zonas de Europa, Asia,
África y América. Es uno de los reyes más poderosos del siglo XVI. Y también
puso sus ojos en Oriente, especialmente en China.
En esa época, de un país como China se
desconocía casi todo. Se la denominaba el Reino de Catay, pero ni los geógrafos
ni los políticos sabían lo que se ocultaba en ese impenetrable país. Tan solo
intuían que allí les podían aguardar inmensas riquezas.
Para los españoles, los chinos eran seres
extraños que vestían prendas vaporosas confeccionadas con seda, que aquí era
algo desconocido. Pero para los orientales, nosotros también éramos individuos
singulares y nos llamaban “ojos de gato”, por el gran tamaño de nuestros ojos
en comparación con los suyos. Más allá de eso, también lo desconocían todo de
España.
La información que llegaba a nuestro país de
China, era por los viajeros que ya habían llegado allí, Marco Polo y algunos
jesuitas, que para atravesar las fronteras del país oriental tenían que hacerse
pasar por monjes budistas.
A Felipe II le seducía la idea de conquistar
aquel enigmático país, pero fue una hazaña que no pudo realizarse, en parte por
el desconocimiento inmenso que de él se tenía en esta parte del mundo.
Felipe II fallece en septiembre de 1598, en el
Monasterio de El Escorial, donde descansa su cuerpo. Tenía 71 años.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
Hola, Beatriz, sería el rey "prudente", pero soñaba con empresas demasiado grandes, El Escorial lo consiguió, pero conquistar China, no sé yo. Buen artículo.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola, Merche. Muchas gracias por tu comentario y por tomarte el tiempo de leer el artículo. Desde luego, Felipe II tenía ambición y pensaba a lo grande, el Escorial es buena prueba de ello. Pero lo de China, ya fue demasiado hasta para él. Un abrazo 🤗
EliminarTu escrito es como un viaje en el tiempo que nos sumerge en la vida de un rey complejo, poderoso y profundamente humano, con sus luces y sombras. Me ha encantado cómo logras equilibrar los datos históricos con pinceladas personales que hacen que Felipe II no sea solo una figura lejana, sino alguien con ambiciones, pérdidas y contradicciones. Como lector, siento que he paseado por los corredores de El Escorial y espiado los pensamientos de un monarca que marcó una era.
ResponderEliminarFue un hombre de fe inquebrantable, pero también un estratega que carga con el peso de un imperio.
La preparación de Felipe como rey es otro apartado que me pareció súper interesante. Que dominara latín, francés e italiano, y que tuviera una biblioteca extraordinaria, pinta a un hombre culto y meticuloso, digno de su apodo de “prudente”. Pero lo que más me gustó fue el contraste entre esa preparación y los errores que comete, como su mala gestión de las finanzas. Declarar la ruina de la monarquía tres veces es un detalle que lo hace más humano, porque incluso un rey tan poderoso no era infalible.
Los matrimonios de Felipe II son un culebrón histórico en toda regla, y me encantó cómo los presentas. Estos detalles personales hacen que Felipe II no sea solo un rey en un trono, sino un hombre atrapado entre el deber y las pérdidas.
En cuanto a su política, el texto brilla al mostrar su ambición desmedida. La creación de la Liga Santa y la unión con Portugal son hitos que reflejan su poder, pero también su obsesión por defender el catolicismo a toda costa. La idea de que quisiera conquistar un país tan misterioso como el “Reino de Catay”, basado en rumores de viajeros como Marco Polo, es fascinante. Que no lograra conquistar China, pero que lo intentara, dice mucho de su ambición desbordante.
El cierre, con su muerte en El Escorial a los 71 años, es sobrio pero poderoso. Me gusta que termines ahí, en el lugar que él mismo mandó construir, como si su vida y su legado se cerraran en un círculo.
Te felicito por tan buen trabajo.
Hola, Marcos. Gracias por pasarte por aquí y comentar. Felipe II es, sin duda, una figura importantísima de la historia. Un hombre complejo, con sus luces y sus sombras, como tú dices, pero fascinante también.
EliminarMuchas de estos personajes históricos que han tenido tantísimo poder, también son frecuentemente personas que han estado muy solas.
Y sí, era muy ambicioso, pero imagino que siendo el hombre más poderoso de su tiempo, era también normal que quisiera abarcar más y más. Pero China se le escapó, fue un mundo extraño al que no pudo acceder.
Un abrazo 🙂
Hola Beatriz, para ser prudente apuntaba alto.
ResponderEliminarUn abrazo, bue artículo.
Hola, Dakota. Sí, apuntaba alto, pero China era otro mundo y no estaba a su alcance, por mucho poder que tuviera.
EliminarGracias por pasarte y comentar. Un abrazo 🤗
Que emocionante tu artículo Beatriz!!
ResponderEliminarMe encanta este rey. He visto su casa, su biblioteca, su tumba y hasta la cama donde murió. El Escorial es fascinante y esconde..muchos secretillos alquimistas y paranormales que seguro que te gustan. Tengo que volver...
Lo he disfrutado muchísimo este.
Ah y que quería conquistar China no tenía ni idea. A pesar del poderío que tenía...yo creo que esto mas bien se debió a algún brebaje alquímico que se bebería que no?..a saber...
Un abrazo real!!
¡Buenos días, Finil!
EliminarMe encanta que hayas disfrutado el artículo. Yo estuve hace muchos años en El Escorial, pero no pude recorrer todo el edificio porque algunas partes estaban en obras 🏗️. Así que, como tú, tengo pendiente volver. Es un lugar con un aura única, pero claro… ¡Felipe II era un auténtico apasionado de lo oculto y lo esotérico! 🔮
Y lo de China… más que efecto de un brebaje alquímico, yo creo que fue la ambición desbordante de alguien que se sabía el hombre más poderoso de su época. Esa clase de poder, sin duda, tiene que dejar huella.
¡Un abrazo regio! 👑🤗