sábado, 19 de marzo de 2016

Victoria I de Inglaterra: un recorrido por su lado más humano

Victoria de Inglaterra gobernó el Reino Unido durante más de seis décadas, un periodo que lleva su nombre: Era Victoriana. Su reinado marcó una época de profundas transformaciones sociales, políticas y económicas. Pero en este artículo dejaremos de lado la política, centrándonos en descubrir a la mujer que existía más allá de la corona
La reina Victoria es conocida como “la abuela de Europa”, ya que su descendencia le uniría con el tiempo a la realeza de diversos países europeos. Es tatarabuela de Juan Carlos I de España y de Sofía de Grecia, así como de la reina Isabel II del Reino Unido, del rey Carlos Gustavo de Suecia, del rey Harald V de Noruega y de la reina Margarita II de Dinamarca.

Victoria I, destinada a ser reina


Alejandrina Victoria nace el 24 de mayo de 1819, en Londres. Es la única hija del príncipe Eduardo, duque de Kent, y de la princesa María Luisa de Sajonia-Coburgo.
A la pequeña Victoria el destino la sorprendió con tan solo ocho meses con la muerte de su padre, un suceso del cual no fue consciente debido a su corta edad, pero que sin embargo cambiaría su vida para siempre.

Victoria I

El fallecimiento del duque de Kent fue “profetizado” por un gitano al que éste conoció de joven estando en Gibraltar. Este hombre le reveló algunos hechos de su futuro que acabaron por cumplirse, y uno de ellos fue que en 1820 morirían dos miembros de su familia. Naturalmente el duque pensó en su padre, de avanzada edad, y en algún otro familiar enfermo, pero nunca en él mismo. Sin embargo, un resfriado mal curado se lo llevó a la tumba. Y seis días después, moría también su padre.
La falta de la figura paterna hizo que su madre adoptara una actitud asfixiante sobre la pequeña heredera, a la que apenas permitía moverse si alguien no la acompañaba. Este comportamiento maternal fue provocando, con el paso del tiempo, que la relación entre madre e hija fuese cada día más tensa y que la joven Victoria soñase con el momento de poder escapar del control de su progenitora.
Al fallecer su tío Guillermo IV, Victoria pasa a convertirse en reina de Inglaterra. La ceremonia se lleva a cabo el 28 de junio de 1838, en la abadía de Westminster.

Victoria de Inglaterra, una joven reina


Victoria llega al trono sin haber cumplido aún los veinte años, y una de las primeras cosas que hace es apartarse de su agobiante madre. A partir de ese momento, y como reina, iba a dejar de soportar resignadamente las imposiciones maternas.

Victoria recibe la noticia de su subida al trono
Victoria recibe la noticia de su subida al trono

La joven soberana no tiene experiencia para gobernar un país, pero tiene la suerte de rodearse de personas capaces que le ayudan en ese crítico momento. Hay que nombrar especialmente a Charles Lamb, vizconde de Melbourne, político del partido liberal y que fue importantísimo en la primera etapa del reinado de Victoria I. La orientó adecuadamente para que aprendiera a desenvolverse en su nuevo camino, con paciencia, inteligencia y sentido común fue enseñándola a que se comportara como lo que era, la reina de Inglaterra.
Lord Lamb era un hombre bueno y honesto, y Victoria acabó teniéndole un enorme afecto, hasta hay quien asegura que encontró en él la figura paterna que perdió siendo tan niña.

La boda de Victoria


Victoria se casa con su primo Alberto de Sajonia, en una boda que ya había sido organizada años antes por el interés de que ambas familias se uniesen. Sin embargo, eso no es obstáculo para que entre los jóvenes surja el amor. De esa unión nacen nueve hijos.
Alberto es fundamental en la vida de Victoria, tanto en la parte personal como en la política. Le aporta su experiencia y apoyo, y Victoria se deja aconsejar, aprendiendo junto a él a ejercer de reina con más acierto cada día.

Boda de Victoria con Alberto de Sajonia
Boda de Victoria con Alberto de Sajonia

Pero la tragedia iba a golpear a Victoria terriblemente, y 1861 es un año fatídico para ella. En marzo muere su madre, y en diciembre fallece su marido con poco más de cuarenta años. Perder a su compañero de vida supone para ella un golpe tremendo, pero se sobrepone y continua adelante con su vida. Sin embargo, a partir de ese momento sus vestidos siempre son de un riguroso color negro. Solo cuando ya tiene una edad avanzada se permite algún toque de alegría, complementado su atuendo con pañuelos blancos o adornos similares.
A pesar del paso del tiempo, nunca asimila del todo la partida de su esposo. Hasta tal punto es así, que establece que todos los días sea arreglada su habitación y se disponga su ropa como si éste fuese a utilizarla. En algún punto de la mente de Victoria, el tiempo se detiene el día que pierde a su marido.

Victoria I de Inglaterra, una reina querida


Victoria devuelve a la monarquía la popularidad, y consigue convertirse en una reina apreciada por el pueblo. Hay que decir que era una mujer un tanto singular, y aunque era muy rígida e intransigente con las clases altas y no les permitía la más mínima confianza, era mucho más cercana con la gente común, con quienes mostraba su lado más bondadoso.

Moneda con la efigie de Victoria I
Moneda con la efigie de Victoria I, 1838

La vida al final del camino todavía le reservaba alguna dolorosa sorpresa, como la muerte de sus dos nietos y la de su hijo Alfredo, duque de Sajonia.
La reina se despide de la vida en los brazos de su nieto Guillermo II de Alemania, tenía 81 años de edad. Su cuerpo descansa en el Mausoleo de Frogmore, junto a su marido.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados


10 comentarios:

  1. La vida de las soberanas no fue nada fácil en época. Un placer leerte. Abrazos

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  2. Hola, Beatriz, gran reina de Inglaterra. Creo que la reina Isabel II tenía mucho de ella, creo, no lo sé, no entiendo, aunque fuera su tatarabuela. Buen artículo.
    Un abrazo. :)

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    1. Hola, Merche. Gracias por tu comentario. Bueno, ambas han sido figuras clave de la monarquía británica en períodos de muchos cambios políticos y sociales. Dos mujeres de gran relevancia, sin lugar a dudas.
      Un abrazo!!

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  3. Buenas beatriz!!
    Lo de tener un destino escrito desde la cuna tiene que ser un verdadero culebrón. Encima de todos los dramas que conlleva, no puedes llorar a gusto porque hay toda una nación mirando.
    Lo del gitano profético..yo no se si era un visionario de verdad o si las familias reales daban muchas pistas, pero me ha dejado los pelos como escárpias
    Lo que más me gusta es que ni la maternidad impuesta, los lutos eternos ni el peso del protocolo la deshicieran del todo. Al final, hasta las monarcas más férreas tienen corazón.
    Oye y que longevos son los reinados de todos los ingleses no?. Será genético?..A ver si investigamos.
    Un real abrazo!!

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    1. Hola, Finil. Pues sí, lo de tener el destino marcado desde la cuna a mí me parece un verdadero asco, aunque también es verdad que hay otros destinos que dan muchísimo más asco que el de ser reina.

      Supongo que estas personas tienen que desarrollar mucho autocontrol y una gran fortaleza para no venirse abajo, porque en realidad se pasan media vida fingiendo, al margen de todas las desgracias que puedan vivir, como en este caso. Pero sí, no hay que olvidar que, para lo bueno y para lo malo, ante todo son también personas.

      Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo real!!

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  4. Hola, Beatriz: Probablemente la jefa de Estado europeo más importante del siglo XIX. Muy interesante tu punto de vista. Un abrazo. :)

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    1. Hola, Blas. Gracias por tu mensaje y por tomarte el tiempo de leer mi artículo.

      Estoy completamente de acuerdo contigo, Victoria I tuvo un impacto inmenso como figura histórica y marcó una era tanto en el Reino Unido como en Europa.

      Un abrazo!!

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  5. Una gran reina y que bien lo has contado, desconocía los parentescos con Juan Carlos I 😳
    Muy bueno, no fue fácil para ella.
    Un abrazo!🤗

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    1. Muchas gracias por tus palabras, Dakota. Sin duda, la vida de la reina Victoria no fue nada fácil, pero su legado es enorme.
      Un abrazo 🤗

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