Siempre ha habido madres que no han amamantado
a sus retoños por distintos motivos. Antiguamente existía el ama de cría o la
nodriza, que se encargaba del niño en esas circunstancias. Y es a finales del
siglo XIX cuando aparece la posibilidad de alimentar al bebé con leche de fórmula.
Si nos acercamos a la época actual, encontramos que en Italia y Francia, hasta el siglo XIX, las mujeres de clase media y alta adoptaban la misma postura, o bien tenían un ama de cría o bien alimentaban a sus bebés con preparados de cereales o leche de animales. En el siglo XVIII, en el país galo ya existía un enorme negocio alrededor de estos niños, que llegó hasta finales del siglo XIX.
Campaña en contra de la lactancia materna
A lo largo de la historia, han surgido ideas y
creencias falsas acerca de la lactancia materna. Se pensaba que era algo deshonroso
y propio de los animales. Asimismo, generalmente eran los hombres quienes
decidían si su mujer debía amamantar a sus hijos o no, y usualmente optaban por
la negativa, entre otras cosas, porque se aconsejaba que la mujer se abstuviese
totalmente de mantener relaciones sexuales mientras durase la lactancia.
- En el siglo II se pensaba que la lactancia era mala para las mujeres, que las dejaba sin fuerzas y ponía en grave peligro su salud.
- A las madres no se les permitía beber leche de ningún animal mientras amamantaban.
- Se afirmaba que el calostro era sumamente perjudicial para el bebé y no lo debía tomar bajo ningún concepto.
- El alto índice de mortalidad infantil en épocas pasadas, propiciaba que se tuviesen un número elevado de hijos por motivos de supervivencia económica y de transmisión del apellido. La lactancia no era muy bien acogida, pues distanciaba los embarazos y disminuía el número de nacimientos.
- En el siglo V a.C., Hipócrates aseguraba que la leche de la madre era la sangre menstrual que el organismo transformaba, y por lo tanto era nociva para los niños. Esta creencia estuvo vigente hasta el siglo XVII.
Leche de fórmula
La alimentación artificial de bebés viene de
tiempos muy antiguos, se sabe que ya existía en el 2000 a.C., por vasijas que
se han encontrado en yacimientos arqueológicos. En el siglo II d.C. se
aconsejaba la leche de cabra para estos niños que no podían ser alimentados por
sus madres.
A finales de 1800, las mejoras industriales
propician que la leche artificial sea más segura y, poco a poco, va ocupando el
lugar de las amas de cría. Además, algunos personajes importantes de la época
emprenden una cruzada contra estas mujeres, abogando porque deben ser las
madres quienes alimenten a sus hijos. Uno de estos personajes es Jean Jacques
Rousseau, escritor y pedagogo, que curiosamente abandonó a sus cinco hijos en
un hospicio nada más nacer.
Pero la leche de fórmula tiene resultados funestos
en el siglo XVIII. En el hospicio de Rouen para niños abandonados, de 132 infantes
alimentados de este modo, tan solo sobrevivieron 5. Todo ello en tan solo
dos años. A partir de ahí y paulatinamente, se va investigando y mejorando las
posibilidades de este tipo de leche.
En el siglo XIX la medicina afirma rotundamente
que la leche materna es la más adecuada para el bebé y si la madre no puede
alimentar al niño por algún motivo, se recomienda la leche de cabra, la de asna
y la de vaca en último lugar. Sin embargo, es la leche de vaca la que comienza
a utilizarse para esta función, diluyéndola, hirviéndola y añadiéndole azúcar.
A finales de este siglo, la industria química había
avanzado lo suficiente para sacar al mercado leche de fórmula mejorada,
consciente del enorme negocio que suponía. Es el comerciante y químico Henri
Nestlé uno de los primeros que se adentra en este terreno, hasta ese momento
reservado exclusivamente a los médicos. A partir de ahí, el negocio de la leche
de fórmula será ya imparable.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
Para saber más
Este exhaustivo recorrido histórico sobre la lactancia materna destaca su evolución y desafíos, ofreciendo una perspectiva invaluable para entender su importancia actual. ¡Una lectura esencial para padres y profesionales!
ResponderEliminartaniamesa.es
Muchas gracias por tu comentario. Saludos!!
EliminarHola Beatríz, super interesante todo lo que nos presentas. Me imagino que sí, que ahora la leche de fórmula es más segura y me da horror pensar en sus inicios, como bien nos dices, fue un desastre. Y eso que cuentas de Rousseau me ha chocado mucho, en fin, la hipocresía humana no tiene límites. Gracias por presentarnos este tema. Saludos.
ResponderEliminarHola, Ana. Muchas gracias por tu comentario. Los orígenes de la leche de fórmula fueron realmente preocupantes, y es duro pensar en lo que muchas criaturas pasaron en aquella época. Lo de Rousseau también me dejó atónita cuando lo descubrí... A veces, la historia nos muestra esas contradicciones humanas tan marcadas. Saludos 🙂
EliminarBeatriz, enhorabuena por tu artículo. La leche materna y la leche de fórmula. Y las diferentes concepciones de su uso a través de la historia. Y con el tiempo hemos desarrollado una mayoritaria tolerancia a la lactosa para seguir tomando leche y sus derivados tras el destete. Me parece un tema increíble. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Blas. Muchas gracias por tu comentario. La evolución de la lactancia es, sin duda, un reflejo de como la humanidad ha ido transformando no solo sus prácticas, sino también su mirada cultural y social sobre la crianza y la alimentación infantil.
EliminarUn abrazo 🙂
¡Hola Beatriz! Mira qué temazo vienes a tocar, y en mi mente estaban obnubiladas estas cuestiones históricas cuando en esta época actual alguien muy cercana a mí se negó a amamantar a su hija pero por frívolas razones. Muchas gracias de nuevo por recordarme que todo esto tiene una historia, desde conceptos tan bárbaros como el de Hipócrates hasta Rousseau, a quien le enviaría mi lástima más recalcitrante. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarHola, Maty. Muchas gracias por tu comentario. Es verdad que a veces olvidamos lo profundas que son las raíces culturales e históricas que rodean decisiones tan personales como la lactancia. Lo que hoy puede parecernos una elección individual aislada, está muchas veces atravesado por siglos de discursos y mandatos. Mirar hacia atrás nos ayuda a comprender mejor lo que vivimos hoy.
EliminarUn abrazo fuerte 🤗
Hola Beatriz, muy buen artículo el que nos traes, afortunadamente ha habido un desarrollo en la leche de fórmula y si por algún motivo un bebé no puede ser amamantado, no hay ya problema. Mi suegra me contó que su madre amamanto a la hija de una vecina, porque ella no tenía leche, y gracias a ella ese bebe salió adelante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenos días, Dakota. Qué curioso lo que me cuentas. Me ha hecho recordar lo que me contó mi abuela hace muchos años, sobre una vecina que tampoco lograba amamantar a su bebé. En su caso, no era por falta de leche, sino porque el pequeño no conseguía cogerse al pecho, por más intentos que hacían. Al final, recurrieron a una mujer del pueblo, muy conocida porque ya había hecho de nodriza en otras ocasiones.
EliminarQué distintas, y a la vez cercanas, pueden ser estas historias que atraviesan generaciones.
Muchas gracias por compartir tu recuerdo en este espacio. Un abrazo 🤗