martes, 15 de marzo de 2016

La mujer en Mesopotamia

Mesopotamia significa en griego “entre los ríos”, y estaba situada entre los ríos Tigris y Éufrates. Conoció momentos de gran esplendor, allí nacieron las primeras civilizaciones y se sitúa el origen de la escritura. Actualmente ocupa parte de Irak y Siria.


La mitología mesopotámica


En aquellos años, el modo en el que vivían los dioses no era muy diferente a como lo hacían las personas. Uno de los dioses sumerios más importantes era An, un ser dominante y frío que manejaba a su antojo el destino de la humanidad. Según estos mitos, la raza humana se concibió para que realizara los trabajos más molestos y, de ese modo, librar a los dioses de su carga.

Losa con el perro de la diosa Gula
Losa con el perro de la diosa Gula

Otra deidad era Gula, hija del dios An, se la consideraba la diosa de la medicina y la sanación. Se la asociaba a los perros, posiblemente por el tema de la rabia canina, y siempre se la representa junto a este animal. En aquella época se sabía que la enfermedad de la rabia se transmitía a las personas al sufrir la mordedura de un perro, y pensaban que ese suceso propiciaba que penetraran en el cuerpo multitud de diminutos canes que desarrollaban la enfermedad en el ser humano.
Isin era la ciudad sumeria de la diosa Gula, donde se erigía su templo más importante, el E-galmah. Allí vivían multitud de perros, que a su muerte eran sepultados en el mismo santuario en el que había transcurrido su vida.

Los babilonios pensaban que esta diosa era tan poderosa que podía provocar tempestades y terremotos.

La mujer en Mesopotamia


Aquella era una sociedad patriarcal como la mayoría, y la mujer vivía supeditada a los deseos del varón. De hecho, hay constancia de la existencia de literatura tremendamente misógina, que va quedando en el olvido al tiempo que la mujer está cada vez más confinada en el hogar y pendiente de las tareas "típicamente femeninas".
Durante ese largo periodo hay momentos en que la mujer posee más libertad, libertad que va perdiendo cuando el poder militar va adquiriendo cada vez más preponderancia. En los periodos más tempranos las mujeres eran libres de comprar y vender, poseer propiedades propias, ocuparse de asuntos legales cuando sus maridos estaban ausentes y hacer negocios. Pero todos estos "privilegios" los van perdiendo poco a poco.

Mapa Mesopotamia

La educación no se entendía como en la actualidad y pocas personas sabían leer, en su mayoría hombres. Aunque también algunas hijas de nobles recibían educación, si tenían la suerte de que su progenitor no hiciese demasiadas distinciones entre hijos e hijas. Sin embargo, no era muy popular que una mujer tuviese formación y cultura.
Lo más frecuente era que las mujeres realizasen trabajos con el ganado, en el campo, como tejedoras, hilanderas y cerveceras. Después estaban las mujeres que tenían conocimientos de plantas y sabían cómo utilizarlas para curar o aliviar enfermedades, eran las típicas “brujas” que no tenían mucha aceptación en la sociedad mesopotámica.
También la prostitución se consideraba un trabajo y existían escritos en los que se detallaba la instrucción de una mujer para aprender dicho oficio, incluso la compensación económica que iba a recibir por sus futuros servicios.

El divorcio en Mesopotamia


El divorcio estaba permitido tanto para el hombre como para la mujer, pero para el varón todo era mucho más sencillo.

Mundo roto

Un hombre podía pedir el divorcio, y no necesitaba dar razones para ello; mientras que si era la mujer la que daba el primer paso, debía intervenir la ley. Si la culpa de la separación era del marido, la mujer podía marcharse con los hijos a casa de su padre. Sin embargo, si era culpa suya, se quedaba sin nada y el marido podía incluso obligarla a ejercer de criada para él.
Pero existía otra prueba peor para demostrar la inocencia de la mujer, que consistía en que era arrojada al río y se decía que si era inocente los dioses de las aguas la salvarían, y si era culpable se ahogaría.

La reina Puduhepa


Algunas mujeres llegan a destacar en esa sociedad patriarcal, es el caso de la reina Puduhepa, que reinó en el siglo XIII a.C. Su padre era sacerdote de la diosa Ishtar, también conocida como Inanna, y su hija creció como sacerdotisa de la misma diosa. Se sabe que luchó junto a su progenitor en la Batalla de Qadesh.

Portón de la diosa Inanna
Portón de la diosa Ishtar/Inanna, representando a su león

Dueña de una gran inteligencia y un enorme carisma, se convirtió en reina hitita al casarse con el rey Hattusili. Por los datos que se conservan, se piensa que gobernaba mano a mano con su marido, en lugar de quedarse en un segundo plano y dejar al rey tomar todas las decisiones importantes.

Cuando Hattusili fallece, comienza a reinar su hijo, Tudhaliya IV, pero Puduhepa conserva intacto todo su poder.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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